El 21 de junio marca el inicio de un nuevo año, según el calendario andino-amazónico. Se celebra en las comunidades originarias del noroeste de Argentina, Norte de Chile, Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia. Es la noche más larga del año a partir de la cual el Sol se acerca a la Tierra comenzando un nuevo ciclo. Coincide, además, con el solsticio de invierno en el hemisferio sur y con la aparición de la constelación de las Pléyades o siete cabritos.
Está representado en la chakana o Cruz del Sur, que une las energías del cielo y la tierra; y organiza las ceremonias y festividades de las cuatro estaciones.
Este 21 de junio de 2020 se festeja el inicio del año 5528 cuya cronología se encuentra en el centro sagrado de Tiwanaku, en Bolivia. En este día los rayos solares entran por el lado noreste de unos de sus Templos e iluminan al nevado Illampu de la ciudad de La Paz.
El 21, dedicado a la ceremonia del sol, recibe el nombre de Inti Raymi en quechua y de Willka Kuti en aymara, que significa el retorno del sol.
La pandemia en el Inti Raymi
En esta jornada, las Comunidades Indígenas esperamos los rayos del sol en la madrugada en el día más corto del año. Preferentemente en alguno de los sitios que consideramos sagrados del Territorio de la Comunidad Indígena.
Esta parte social permite compartir los sucesos ocurridos a lo largo del periodo anterior, así como estimar compartir actividades y augurios para el futuro.
En la Comunidad Indígena Angosto El Perchel esta práctica se realiza todos los años como la describimos.
En este año 2020, ante la aparición del Covid-19, así como las actividades y decisiones de la Comunidad Indígena de autoproteccion de la vida, sumado a las disposiciones gubernamentales de salud prohíbe el encuentro.
Esta grave situación de salud mundial este año afectara la reunión para el Inti Raymi y no habrá actos, pero será recomendación para cada persona, que se identifique como indígena o no, y que desee celebrar el Inti Raymi recibiendo al Sol en la mañana del 21 de junio, con los brazos en alto, que lo haga a nivel personal, con los suyos, en su hogar cumpliendo las reglamentaciones de salud.
Por supuesto que esta decisión es voluntaria y la Pachamama lo sabrá.
Igual, este sentimiento que llevamos hacia nuestra Pachamama y la lucha por defenderla, entre otras, de aquellos emprendimientos que buscan agotar el agua para la vida, permitirá que habrá una próxima ocasión en que podamos reunirnos nuevamente para celebrar nuestras practicas comunitarias indígenas.