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Se cumplió ayer otra audiencia, larga y sufrida, del juicio de lesa humanidad que se desarrolla en Jujuy, donde se devela lo ocurrido el 7 de octubre de 1976, cuando un grupo de detenidos fueron trasladados en un avión Hércules a La Plata, en un vuelo en el que fueron objeto de torturas, vejámenes y humillaciones.
En la extensa jornada, un testigo víctima pidió ser sometido a un examen médico «para que todos sepan las terribles secuelas que dejó en mi cuerpo, y que estoy condenado a vivir hasta el último minuto de mi vida con fuertes dolores”.
Así empezó su declaración Hugo Condorí, un exdirigente de la obra social del Ingenio Ledesma, quien dedicó su testimonio a José Cabrera, otro expreso político que falleció de cáncer sin haber podido contar su experiencia a la justicia. Cabrera fue el primer exdetenido de la provincia que recibió la pensión graciable para las víctimas del terrorismo del estado.
En este juicio se está develando el traslado de más de 90 presos políticos, hombres y mujeres, hacia la Unidad Penitenciaria 9 de la ciudad de La Plata, los hombres, y la cárcel de Villa Devoto, las mujeres. Se juzga a 13 represores, un exmilitar y 12 exintegrantes del Servicio Penitenciario Federal, por los delitos “privación ilegítima de la libertad” y “tormentos”.
Condorí afirmó que debido los tormentos a los que fue sometido durante el vuelo tiene «tres vértebras que son astillas, una fisura en el cráneo y doblada la cavidad toráxcca, y por el resto de mi vida tengo como amigos a los dolores”. Por esta razón, pidió una revisación médica “para que se sepa que las secuelas son graves”.
En relación al traslado a la cárcel de La Plata, afirmó que fueron sacados del penal de Gorriti atados, y subidos a un camión del ejército esposado. Recordó que estaba con Luis Aredez, Juan Filliou, Mario Condorí (su hermano), en el aeropuerto. Resaltó que “mientras nos golpeaban y nos masacraban, había una voz aflautada que gritaba: “Canten coyas de mierda”.
Luego pidió ver a los represores procesados, “para ver si reconozco el milico que nos gritaba con desprecio». El Tribunal aceptó su solicitud, pero Condorí no pudo reconocer a ninguno de los imputados, y aclaró: «No quiero ser responsable de condenar a alguien, porque no estoy seguro”.
Otro testimonio fue el de Hugo Juárez, que fue detenido a los 19 años junto a compañeros suyos de la escuela primaria y secundaria, relató. Afirmó que “el vuelo fue de terror, una eternidad, donde rece por mí y todos los que estaban en el vuelo, y deseé morir, la muerte era lo único que podía calmar los dolores que sentía en todo mi cuerpo”.
Más tarde prestó declaración Eduardo Maldonado, mediante videoconferencia desde el Consejo de la Magistratura. Recordó el operativo de traslado desde el penal de Gorriti al aeropuerto provincial hasta la Unidad 9 de La Plata, reafirmando los tormentos, golpes, humillaciones como lo hicieron varios testigos en audiencias anteriores.
Le siguieron Isabel Pachado, Higinio Mendoza y José Adrián Rodríguez (los dos últimos desde Salta), que fueron suboficiales de la compañía de infantería del RIM 20 que actuaban bajo las órdenes del imputado Horacio Marengo. Detallaron la actividad militar y la participación de la compañía en el Operativo Independencia.
