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Un policía y un sacerdote disputarán en octubre la intendencia de Caimancito

caimancito parroquia san cayetanoEl actual intendente de Caimancito, el policía Pedro Torres, va por su reelección. Y en estas elecciones tendrá un rival cuanto menos singular: Antonio Ibarra, el responsable de la capilla San Cayetano de esa localidad, le va a disputar el cargo como candidato del Frente Unidos y Organizados. «Como sacerdote, pido que recen para que se pueda mejorar el pueblo, porque los políticos tienen una deuda con el pueblo porque las cosas no llegan», dijo Ibarra a El Submarino.

Ibarra nació en la zona de Caimancito, más precisamente en Lote Jaramillo. Cuando terminó el servicio militar se fue a Buenos Aires e ingresó en el seminario. Fue ordenado sacerdote en 1993 por el obispo de Quilmes, Jorge Novak, un referente del sector de la iglesia caracterizada por la opción por los pobres y un defensor de los derechos humanos durante la última dictadura cívico militar junto a otros como Miguel Hesayne, Jaime de Nevares y Enrique Angelelli.

Si bien aún pertenece a la Diócesis de Quilmes, llegó a Caimancito mediante un acuerdo entre ese obispado y el de Jujuy, en tiempos de Marcelo Palentini. “Hay un trámite que es como un contrato entre obispos para prestar colaboraciones, y así es como yo colaboro en la capilla San Cayetano de Caimancito, que pertenece a la parroquia de Yuto, que está a cargo del padre Daniel Amante”, explica.

Decidió postularse a intendente por “varios motivos”, dice. “Yo he tomado esta decisión con un grupo de gente de la iglesia que me acompaña. Somos un grupo, catequistas, gente que trabaja, que veníamos trabajando en nuestra comunidad, tratando de modificar la realidad de nuestro pueblo, y decidí presentarme como candidato porque nos parecía que era una opción más”, relata.

Si llega a ganar la intendencia, Ibarra tomará licencia. “El sábado que viene se va a comunicar oficialmente que voy a dejar el ministerio por cuatro años, y no voy a ejercer ni pública ni privadamente. Pero no renuncio como cura; después retomaré los hábitos”, comenta.

“Como cura hay muchas cosas que no se pueden hacer desde la capilla”, afirma. En parte, los límites están dados porque “el ingreso es mínimo, apenas alcanza y no se puede colaborar con la gente para lograr un cambio”. Entonces pensó que desde el municipio podía ayudar más y mejor, “para que la ayuda que viene de la coparticipación, de la soja, de los hidrocarburos, sea para la gente”.

Asegura que “el pueblo no ha progresado a pesar de que es uno de los municipios que más ayuda ha recibido, pero está todo igual, no cambia nada”. Y pone como ejemplo las últimas fiestas patronales: “Lo que montó el intendente no se justifica con la realidad, con que hay gente que vive prácticamente en la miseria, porque gastó muchísima plata en el desfile, en la serenata, y hay mucha necesidad no solo de la más carenciada sino de todo el pueblo, porque es una mugre, no se limpia, no se arregla”.

Este pensamiento está vinculado, obviamente, con su formación: “La diócesis de Quilmes es una opción por los pobres y postergados. Y acá emos que los abandonados no reciben lo que deberían recibir de parte de la política o la comunidad, y cada vez están más abandonados y se enriquecen unos pocos, nomás”.

Antes de dar el paso hacia la política municipal, Ibarra le pidió permiso al obispo de Quilmes, Carlos José Tijera, con quien conversó varias veces, al igual que con sus asesores. Obtenido el visto bueno, conversó con el obispo de Jujuy, César Fernández. “Él por supuesto me dijo quepensaba que esto le corresponde a los laicos, pero respetó mi decisión y me dio el permiso”, relata.  

-¿Por qué se presenta como candidato del Frente Unidos y Organizados?

-Nosotros habíamos hablado con otros partidos. Queríamos ir con una colectora del oficialismo, pero ellos nos cerraron las puertas. Ocurre que no teníamos el tiempo para organizar un partido vecinal, como queríamos, entonces el viernes salimos a buscar un espacio que nos pudiera cobijar. Nos recibió el diputado Germán Noro y también estuvo la señora Milagro Sala, a quien yo no conocía, solo por los medios. Y nos abrieron la puerta, nos dieron este espacio, que es lo que estábamos buscando. Queremos trabajar desde el pueblo y para el pueblo, no sé si dentro de la organización, pero nos han sado la posibilidad de que yo pueda presentarme como candidato.

-¿Cómo es esto de que van a competir un cura y un policía?

-Yo como sacerdote pido que recen para que se pueda mejorar el pueblo, porque los políticos tienen una deuda con el pueblo porque las cosas no llegan. Y creo que por mi intermedio podríamos hacer algo distinto, porque es una manera distinta de hacer política. La idea es que en cuatro años se sume gente para que después sigan en este camino. Quiero darle ese servicio a mi pueblo que tanto me ha dado. 

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