Empiezan a sentirse también en Jujuy los efectos negativos de las importaciones

Los efectos negativos de las importaciones sobre la producción nacional es uno de los temas centrales del debate económico de estos días. El economista Guillermo Sapag advirtió que está en riesgo la industria local, y mencionó el ejemplo de dos empresarios jujeños que ya sintieron los efectos de la apertura y debieron despedir trabajadores. Sin embargo, estimó que “la gente se va a ir dando cuenta” de que el objetivo del gobierno nacional es “la concentración económica”.

En diálogo con El Submarino Radio (91.5 MHz), Sapag repasó: “A finales del año pasado yo decía que este fin de año íbamos a comer ananá de Taiwán, y es así: vamos a comer ananá de Taiwán. Seguramente aquellos a los que les gusta el consumo de productos del exterior van a disfrutar, pero hay que tener en cuenta que esto destruye la industria nacional, esto tiene un costo”.

-¿Cuál será ese costo?

-Habrá gente que se quede sin trabajo. Estamos hablando de que se favorece el comercio internacional, y este esquema de libre comercio contra proteccionismo tiene un motivo, porque no se puede competir con los salarios de China, de 400 dólares, o de algunos otros países de Oriente, de 200 dólares. Esto es un problema muy serio. Entonces, ¿cómo se va a equiparar eso? Bajando los sueldos, dejando gente a fuera.

En este punto, el docente explicó que el libre comercio “fue un invento de los grandes países para beneficiarse introduciendo sus productos en el resto del mundo”, y que este es el punto central de la cuestión: “la importación desmedida termina destruyendo la industria nacional”.

“Entonces –continuó-, si uno no tiene un cuidado especial de la industria local, seremos agroexportadores”. Sobre ese sector, recordó que “al principio de este gobierno el agro recibió una transferencia fenomenal a través de la baja de retenciones y de la devaluación” y precisó que “los únicos indicadores que mejoraron en el país es el de las hectáreas plantadas, la producción de trigo, de maíz, de soja, la venta de maquinaria agropecuaria, y después la importación”.

-¿Cómo se hace para equilibrar la producción local con las importaciones?

-La cuestión está en la definición estratégica de qué es lo que vas a defender. La historia de la economía en el mundo habla de dos teorías que los argentinos nos comimos. Una fue la de las ventajas comparativas de David Ricardo, que decía que cada país debía producir aquello con lo que la naturaleza lo había dotado, lo que mejor sabía hacer. Esto definió que Inglaterra, que tenía avances tecnológicos, se convirtiera en la industria del mundo, mientras que la Argentina debía vender “lana sucia”. Y nos comimos que debíamos exportar porque claro, éramos agrícolas de actividad primaria.

-¿Y la otra teoría que “nos comimos” los argentinos?

-Fue en la década del 90, cuando nos creímos que con la globalización nos íbamos a beneficiar. Y mirá cómo terminamos. En conclusión, la apertura indiscriminada de la importación va a destruir la poca e incipiente industria local.

-¿Ya está pasando eso?

-Así es. Y voy a dar ejemplos de Jujuy. Hay dos empresarios importantes. Uno es del sector de alimentos y tuvo que abandonar una producción especial porque lo mismo llega de Chile y de China a precios más bajos que su costo. Tuvo que despedir a 50 trabajadores. El otro es un importante productor de juguetes, que visitaba las ferias más importantes de juguetes en Alemania, y este año vio que más de la mitad de los argentinos que llegaron son importadores. Eso es así porque un juguete que se hace en China o Indonesia cuesta la mitad, y contra eso no hay cómo competir. Lo que ocurre es que este es un gobierno de concentración económica. Pero en algún momento la gente se va a dar cuenta de cuál es el objetivo.

-Obama elogió el plan económico de Macri.

-Yo prefiero que me alaben los de adentro y no que me alabe Obama, porque él mira a la Argentina como un beneficio para su país. Pero la gente se va a ir dando cuenta.

-¿Qué papel juegan los sindicatos en este panorama?

-Con un aumento del gas del 200 por ciento, no se va a poder conformar a la gente con un bono de fin de año. Si el triunvirato de la CGT no reacciona en tiempo y forma, se lo van a llevar puesto, porque la gente está sufriendo. Si siguen los aumentos va a continuar el esquema de inflación, que no es una inflación de mejora en términos económicos o de mayor producción, sino que es producto de la depresión. Por eso es que los supermercados hoy hacen ofertas de 2×1 y a la par te cobran la bolsa. Y las contradicciones se van a agudizar. En este esquema lo único que interesa son las empresas, la utilidad, la mayor plusvalía, y las únicas críticas de Macri son dirigidas al sector trabajador. No lo escuché hablar sobre la evasión fiscal porque si lo hiciera debería hablar de él mismo. En cambio, para el presidente pareciera ser que el problema en la Argentina son los trabajadores.