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Por corresponsal de El Submarino. El desborde del Río Grande en Tilcara, que inundó a los barrios Matadero, 34 Viviendas y las viviendas de la OSPU, entristeció el carnaval pero dejó una marea de trabajo voluntario que pelea por sacar el lodo, cubrir las necesidades básicas y empezar la reconstrucción.
Por las calles de ocho manzanas afectadas todavía corre agua y son pocas las zonas transitables. Por eso, las máquinas y los camiones de la provincia, del municipio y privados trabajan a destajo para sacar el barro y suplantarlo con relleno solido.
Bomberos, Protección Civil y la Guardia Urbana sacan el agua de las casas y recogen la basura. “Trabajamos con tres bombas, dos se trabaron a causa del lodo”, explica Wilfredo Vilca, director de la Guardia Urbana de Tilcara, y detalla: “Ahora estamos abocados a sacar las cosas que tenia la gente, ropa, muebles y electrodomésticos”.
También afirma que hay por lo menos una decena de casas a demoler, que “tienen daños en sus estructuras porque son de adobe y el rio le fue comiendo el cimiento”. Sostiene que la probable indemnización de 200 mil pesos por vivienda afectada no alcance porque “se ha perdido casi todo”.
Ya se sabe: los desastres naturales afectan más a los pobres. El Barrio Matadero refleja como ningún otro esta situación, pues algunas casas son de adobe y están construidas al nivel de la vereda, mientras que las casas del country “Verdes de Malka” y algunos hoteles tienen un metro de relleno que evitó los daños.
Otro drama es el de los inquilinos, porque los propietarios les exigen que sigan pagando el contrato a pesar de que la vivienda no está habitable.
Solidarios
La solidaridad de muchos vecinos tilcareños se hizo presente con el trabajo voluntario, colaborando con la limpieza de las viviendas, seleccionando y repartiendo donaciones, cocinando en los centros de evacuados y damnificados que trabajan en sus domicilios.
Walter, un vecino de la calle Alberro, ya sacó a la calle una heladera, ropa, bolsas de cemento y otros materiales inutilizables. Él destaca la labor de los bomberos voluntarios de Tilcara, sostiene que “el gobernador anterior no hizo cosa” en el barrio y se lamenta de que cuando Gerardo Morales visitó al área afectada no llegó por su casa: “No lo vi, no sé qué paso”.
Estela, una vecina que colabora repartiendo agua y comida a los afectados, un poco enojada se queja de que la policía mandó a Tilcara muchos agentes que están parados en las esquinas, sin hacer nada, pero a los que «hay que darles de comer y alojarlos».
Hoy hay tres centros donde se organiza la ayuda a los damnificados: la Asociación Amigos de Tilcara, la Casa Parroquial y el Hotel de Turismo donde se cocina, se seleccionan y reparten donaciones, y se hospeda a afectados, a empleados provinciales y a personal del Ejército.
Entre el municipio, instituciones, voluntarios y damnificados se organizaron comisiones con el objetivo de abordar las distintas problemáticas surgidas. Los grupos de trabajo son: limpieza y medioambiente, infraestructura, salud contención y recreación, seguridad, comunicación y desarrollo. Lo importante es que estas áreas están integradas no solo por los organismos estatales sino que tienen una fuerte presencia de vecinos del pueblo y un referente por cuadra afectada.
En medio de la zona afectada, el mojón de una comparsa es decorado para continuar con la ceremonia del carnaval mientras un grupo de empleados municipales palean el barro de las calles. En la esquina, la comparsa “El puente de la diversión” pasa con sus banderas, diablitos y banda musical. La tragedia y la comedia, a menudo, conviven.
