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La lista Anusate Verde y Blanca se impuso en las elecciones de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), marcando el triunfo de la fórmula integrada por Fernando Acosta (Jujuy) y Miguel Pelandino (Entre Ríos). Hubo algunos hechos de violencia en algunas provincias.
“No quedan dudas de que nos imponemos claramente», expresó Acosta; destacó que incluso en muchas provincias los resultados fueron superiores a los esperados, y lamentó los hechos de violencia en las provincia de Buenos Aires y Santa Cruz: «Nunca pensamos que estas prácticas pudieran ser utilizadas en nuestro sindicato».
El oficialismo de Hugo Godoy y Julio Fuentes provocó hechos de violencia en algunas localidades bonaerenses, territorio de Godoy, como La Matanza, José C. Paz, Ezeiza, Bahía Blanca y Carmen de Patagones, donde patotas armadas golpearon y expulsaron de los lugares de votación a los fiscales de la lista ganadora, que en la provincia de Buenos Aires es encabezada por Selva Guillen.
Prácticas similares se vivieron los trabajadores jubilados de Santa Cruz, en donde supuestos trabajadores de la Uocra impidieron el paso a quienes tendrían que haber votado en Río Turbio y en la provincia de Chubut, con dos juntas electorales distintas, donde solamente se pudo votar en el 50 por ciento de las mesas.
La elección ya tenía desde sus inicios un tinte fraudulento con un primer llamado fuera de los plazos legales, que luego debió ser modificado.
A eso se le sumaron las permanentes denuncias de la totalidad de las provincias contra la junta nacional electoral presidida por un empleado del sindicato que a su vez es el dueño de la empresa que provee a ATE de los padrones para el acto electoral, que dispuso a lo largo y ancho del país altas y bajas arbitrarias de los padrones que las distintas provincias recién pudieron disponer dos días antes de la elección.
A poco de iniciados los cómputos la fórmula encabezada por Acosta se imponía en gran parte del territorio nacional (15 provincias) con resultados irremontables en las provincias con mayor cantidad de afiliados como Jujuy, Santa Fe, Neuquén, Mendoza, Salta, Tucumán, Entre Ríos, Corrientes, Capital Federal, entre otras, con un alto nivel de participación de los afiliados.
“Sin dudas nos espera una ardua tarea de democratizar rápidamente a nuestra ATE -expresó el flamante secretario general- para que vuelva a ser el sindicato que supo enamorar y enorgullecer a los trabajadores del estado”, y destacó que «en ATE deciden los trabajadores, deciden las asambleas y no ningún gobierno ni partido político”.
En los próximos días, comentó, se organizará lo necesario para que los trabajadores de la provincia de Buenos Aires y de cada lugar donde no se les permitió votar tengan la oportunidad de emitir su voto.
