Advierten que podría desaparecer la escuela para sordos Helen Keller 

A raíz de la polémica surgida ante la intención del gobierno de llevar la Escuela Provincial de Teatro Tito Guerra al edificio donde ahora funciona el Instituto Helen Keller (IHK), trascendieron detalles que despiertan dudas sobre la continuidad de la escuela para sordos. Por un lado, hace ya dos años que no inscriben a nuevos alumnos; por el otro, el cambio que pretende el ministerio de Educación obligaría al Estado a devolver el terreno a quienes lo donaron específicamente para una escuela para sordos. La ministra de Educación Isolda Calsina, curiosamente, es una de los herederos del terreno.

En 1982, Alfonso Guillermo Luis Calsina, tío de la actual ministra, donó el terreno con el fin exclusivo de que allí funcione el IHK. De acuerdo a la escritura correspondiente, el uso del lote para cualquier otra actividad dejaría libres a los donantes o sus herederos de revocar la donación y pedir la restitución del terreno. La ministra Calsina es una de ellos.

El edificio de la Escuela Especial Nº 7 Helen Keller fue inaugurado en septiembre de 2009, en el marco del Programa Nacional 700 Escuelas. Hasta ese momento, la institución funcionó en distintos lugares.

El viernes pasado, después de más de diez días de permanencia en la puerta de la escuela, las madres de alumnos que asisten al IHK recibieron la visita de Calsina, quien ratificó su intención de llevar allí la Tito Guerra, a pesar de que la Municipalidad de San Salvador ofreció el Centro Cultural Éxodo Jujeño.

Así es como las madres siguen en la puerta y se mantienen firmes en su reclamo. Las asisten especialistas que aseguran que los niños con discapacidad auditiva deben estar en ambientes tranquilos, sin estridencias ni superposición de ruidos.

La convivencia del IHK con la Tito Guerra, por otro lado, no solo afectaría a los alumnos hipoacúsicos, sino que también alteraría el habitual ritmo de actividades de los estudiantes de teatro, que también verían limitadas sus posibilidades de despliegue.

Ahora, tras conocerse las condiciones en las que fue donado el terreno para el IHK y que ni en 2017 ni en 2018  inscribieron a nuevos alumnos, surgen los temores de que directamente desaparezca la institución.

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