“La he visto muy delgada, me preocupa su salud y sobre todo me preocupa la ausencia de argumentos para mantener privada de su libertad a una persona que claramente lo es por motivos políticos”, dijo el juez español Baltasar Garzón apenas cruzó el umbral del Penal de Mujeres de Alto Comedero en Jujuy. Un par de horas antes, en la sede de la Tupac Amaru, había afirmado: «El Estado argentino y la provincia de Jujuy están en la ilegalidad más ramplona después de la decisión del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas, que dijo que la detención de Milagro es arbitraria».
El encuentro con la dirigente social se produjo un día después de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se entrevistó con ella en el marco de una medida cautelar que debe resolver por su situación. Sobre este punto, Garzón expresó: “No se qué va a decir la CIDH, pero si llegara a pronunciarse en contra, dejaría de creer en ella”.
Con el juez español, vinieron a Jujuyel diputado nacional Remo Carlotto; el rector de la Universidad de Tierra del Fuego, Juan Castelucci; la rectora de la Universidad Nacional de Lanús (UNLA), Ana Jaramillo; la docente María Isabel Ricciardi, y la investigadora Melina Gaona.
En la puerta del penal, todos coincidieron en que encontraron a Milagro Sala cansada y preocupada. «La he visto firme en sus posiciones, que son unas posiciones que compartimos todos los que estamos siguiendo esta absurda situación jurídica que vive, y también la he visto muy delgada, me preocupa su salud», dijo Garzón al salir.
Los visitantes le entregaron algunos presentes. Baltasar Garzón le dio un libro sobre Frida Kahlo, “una mujer comprometida con la lucha política, como vos¨, le dijo; el otro era sobre la Guerra Civil Española y un último sobre Mandela, el líder antiapartheid que estvo 27 años detenido. “En la entrada tuvieron dudas de si dejarme pasar este libro o no, miraron una lista y finalmente autorizaron», le contó Garzón a Sala, y ella lo interrumpió: “No quiero estar tanto tiempo”. Y él le explicó. “Te traje este libro porque a pesar de todo él nunca perdió la sonrisa, y vos hoy nos recibiste con una, que no te la quiten”, le dijo.
Ana Jaramillo y María Isabel Ricciardi le llevaron una serie de señaladores de mujeres que hicieron historia. “Acá también estás vos”, le dijeron. Varias veces demoradas porque la dirigente social quería esperar a que estuviera toda su familia presente, finalmente hicieron un pequeño acto en el que le entregaron el diploma y la resolución mediante la cual la nombraron por unanimidad Profesora Honoris Causa de la UNLA. “Por la patria, por la democracia, por los derechos humanos y por la justicia, me comprometo a hacer valorar el título”, juró emocionada la dirigente social.
Fue inevitable que le preguntaran sobre la visita de las máximas autoridades de la CIDH. «No les dije todo lo que vivo aquí. Ellos se van, pero yo soy la que me quedo, y la verdad es que por momentos tengo miedo de las represalias que puedan tomar”, les dijo Sala.
«Cuando uno está en prisión y tu familia está afuera y no sabes qué está ocurriendo, te invade una sensación de miedo y preocupación. Entonces te reservas información que de estar en libertad sí darías. Y quizás precisamente por eso también ella está en prisión preventiva», analizó a la salida Baltasar Garzón.
«Si te liberan, ¿vas a huir?», le preguntó el español a Milagro. «¿Vos te pensás que yo me voy a ir de Jujuy?», le preguntó ella como toda respuesta, y agregó: «Yo quiero ser gobernadora de esta provincia».
Sobre este punto ya había reflexionado el juez español en la sede de la Tupac un rato antes: «¿Pensar que Milagro Sala va a salir huyendo? ¿Milagro Sala, que se ha enfrentado toda la vida? ¿Dónde va a ir? ¿A qué? Es absurdo. Ella siempre ha confrontado de cara los problemas y así lo va a seguir haciendo».
«No saben hacer política si no es con el ejercicio de la coacción, utilizando sectariamente a un poder como el Poder Judicial, que debería ser ejemplo de independencia y equilibrio entre los demás y dedicarse a defender a los ciudadanos y a las ciudadanas», había dicho Garzón al mediodía en el auditorio de la organización.
El poder real y el ejercicio de ese poder fue también uno de los temas que conversaron en el patio del penal. «¿Quién es tu enemigo político?», inquirió Garzón. «Blaquier», respondió Sala. «¿El gobernador le rinde pleitecía a Blaquier?», continuó el magistrado. «Sí, él le financió la campaña», afirmó ella.
«La prisión preventiva que sufre no tiene ninguna justificación de acuerdo con estándares nacionales e internacionales de derechos humanos -sintetizó Garzón-. La prisión preventiva nunca puede ser un adelanto de pena, nunca puede ser para mantener en silencio a una persona, nunca puede ser por temor a que una persona, una vez en libertad, pueda defenderse”.
Y agregó: “Uno percibe que mantener a una persona en esta situación es muy grave porque deteriora el Estado de derecho y deteriora el sistema democrático. Creo que las autoridades judiciales deberían hacer una profunda reflexión, ejercer realmente la independencia y hacer una valorización para hacer cesar esta injusta situación”.
Baltasar Garzón conoció a Milagro Sala en 2012, cuando viajó a la provincia para brindar su apoyo a las causas contra los responsables civiles de la dictadura. Se entrevistó entonces con Fernando Poviña, Remo Carlotto, Jorge Auat y Milagro. “Entonces yo vi una mujer pletórica en la lucha política. Hoy he visto una mujer firme en la lucha pero con una tristeza muy grave por los pasos atrás que se están dando en valores democráticos y en defensa de los derechos humanos. Y he visto también una mujer que tiene perfectamente identificados quiénes son los que están produciendo esta situación y por qué y ese por qué es neta y exclusivamente político”, aseguró.
Para Remo Carlotto, la detención de la dirigente social también es política: “Milagro es una luchadora y la conducta que tuvo y tiene respecto a las luchas sociales, a los derechos de los sectores más desprotegidos de nuestra sociedad es la misma lucha que encarna desde la detención injusta y arbitraria que está padeciendo. La Argentina es un país menos democrático desde el día en el que está detenida Milagro y el resto de los presos políticos. Por eso nosotros venimos a reafirmar nuestro compromiso de trabajar en la Argentina y ante la comunidad internacional para que se consiga la libertad de Milagro. La visita de la CIDH debe ser para nosotros con una mirada esperanzadora de que tenga un pronunciamiento contundente que fuerce a que el gobierno nacional asuma las responsabilidades que tiene ante la comunidad internacional y Milagro Sala sea liberada en forma inmediata”, expresó.
“Con mis 32 años de juez, 39 como jurista y 7 como abogado no he oído un relato tan lleno de irregularidades, de arbitrariedades, de vaciedades jurídicas como el de las causas que hay en contra de Milagro Sala. Es una trampa política centrada en dos motivos: uno, el hecho de una mujer que fue capaz junto con muchos otros de generar una dinámica política en una provincia como Jujuy, controlada y dominada por una elite político económico que tenía casi asfixiada a gran parte de la sociedad y eso se oculta. Milagro está detenida por indígena, por ser defensora de la democracia y de los derechos de su pueblo de una forma diferente. No hay ninguna razón, ni una sola para su detención. Estoy dispuesto a debatir con cada uno de los jueces. No sé lo que va a decidir la CIDH, pero dejaré de confiar en ella, si no se pronuncia a favor de la libertad de Milagro”, finalizó.
Mirá la entrevista con Baltasar Garzón a la salida del penal: https://www.facebook.com/LaGarciaComunicacionPopular/videos/1376211255801435/