Comunidades rechazan la quema de los cueros de vicuña incautados

«No se pueden dar el lujo de quemarlos», dijo a El Submarino Marcos Sulca, productor ganadero de Rinconada y coordinador de la Vicuña en Silvestría de la Puna jujeña, sobre los cueros secuestrados en un operativo de Gendarmería. “No puedo creer que lo hayan hecho”, expresó, y explicó que las comunidades de la Puna son quienes deberían beneficiarse: “El estado tendría que devolvernos los cueros y nosotros ver la forma de esquilar y, de acuerdo a las normas, explotarlos, venderlos. O hacer artesanías, en todo caso”.

La semana pasada, Gendarmería Nacional encontró en un vehículo utilitario, durante un operativo de rutina, 94 cueros de vicuña con rastros de proyectiles. La información oficial indica que “debido a que la matanza de vicuña es un delito Federal, la Dirección Provincial de Biodiversidad procedió luego a la quema de todos los cueros incautados”.

‒¿Qué opina del hallazgo de los cueros de vicuña?

‒Lo leí por internet, y nos llama la atención que quede como si no hubiera pasado nada. Nosotros como lugareños de la zona vemos con frecuencia que hay una caza furtiva, pero no podemos identificar quiénes son. Por eso pedimos a Gendarmería que haga más recorridos en la frontera. Ya en otra oportunidad, en Laguna de Vilama, aparecieron vicuñas peladas, sin el cuero. Están pasando cosas, nos llama la atención, por eso hicimos desde enero un trabajo de capacitación para saber las leyes y convenios que hay, para el aprovechamiento integral. Si este recurso tiene un buen precio, lo vamos a aprovechar las comunidades.

‒¿Qué existencia de vicuñas hay en la zona?

‒No se hizo nunca un recuento preciso, pero hay datos estimativos. Según mi punto de vista, debemos tener más de 3000 cabezas de vicuñas en la zona de Laguna de Pozuelos. Estas se están muriendo, por sí solas, por una enfermedad que llamamos sarna, que afecta además a nuestras ovejas y llamas. Nosotros queremos aprovechar para nosotros la fibra de vicuña. Ocurre que las vicuñas suben por el cerro, y aparentemente hay algún avivado que quiere aprovechar y las mata a tiros. Por eso queremos organizarnos. Para nosotros, los originarios, los nativos de la puna, es muy importante la fibra de la vicuña. Es el oro que camina. Vamos a charlar con todas las comisiones de la puna, y también con los residentes en la ciudad, porque muchos estamos trabajando o estudiando aquí, y vamos a hacer la articulación, porque allá están nuestros viejos y abuelos solos, sin comunicación, aislados, indefensos. Pasan estas cosas de las matanzas, aisladas o no, pero para alguien se están llevando estos cueros.

‒Debe ser un negocio de mucha rentabilidad, para algunos pocos.

‒Este último caso lo maneja la fiscalía número 2 y yo lo voy a seguir. Es más, voy a estar con la comunidad, vamos a debatir el tema, pero en lo personal, aun si la comunidad no me respalda, yo me voy a presentar como querellante para ver hasta dónde llega esto del encuentro de estos 94 cueros.

‒Llama la atención que los técnicos de la dirección de Biodiversidad hicieron un estudio sobre los cueros encontrados y finalmente los quemaron.

‒No, no creo que los hayan quemado.

‒Eso dice la información oficial.

‒No, no, eso necesita una investigación. Nosotros le vamos a pedir al señor fiscal que nos informe qué hicieron con los cueros. No lo pueden quemar.

‒¿Qué debería hacerse?

‒Para nosotros debería esquilarse, venderse y repartir la plata a todas las comunidades del altoandino de Jujuy. Nosotros tenemos que organizarnos, porque no tenemos recursos, estamos haciendo todo a pulmón. No puede ser que los quemen, esto necesita una investigación seria.

‒Los queman porque que es material ilegal, un delito federal.

‒La provincia lo tiene muy claro: los cueros son de las comunidades originarias, no pueden decir que no saben de quién son. Nosotros somos los únicos que tenemos vicuña, en todo el altoandino. Nosotros somos dueños de las vicuñas. Hay una ley nacional, está la silvestría, pero en definitiva nosotros las cuidamos. El Estado tendría que devolvernos los cueros y nosotros, a través de las asambleas, ver la forma de esquilar y, de acuerdo a las normas explotarlos, venderlos. O hacer artesanías, en todo caso. Pero no se pueden dar el lujo de quemarlos. No puedo creer que lo hayan hecho. Me deja frío.

‒¿Cuánto cuesta un cuero de vicuña?

‒El cuero, como se encuentra, debe estar en 120 dólares. El kilo está a 450 dólares, y hay más o menos tres cueros en un kilo. Es mucha plata, y es un recurso que tenemos nosotros los originarios para los originarios, que vivimos en la Puna y renegamos con las enfermedades, con la sarna, se nos enferman las ovejas, las llamas, y nosotros somos los que corremos con esos costos. Si la vicuña está protegida por una ley nacional, y es del Estado provincial, el Estado debería responsabilizarse por los daños que causa. O sea que también vamos a insistir con eso. Nosotros le mandamos notas al gobernador Fellner para que nos ayude con los antiparasitarios para las ovejas y las llamas, pero no hay respuesta. Una vez charlé personalmente con el director de desarrollo ganadero, González Diez, y él me dijo: “La verdad es que el Estado debería responder por esto”. Pero no había plata para darnos nada, así que no compraron ningún medicamento. Pero vamos a insistir.