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Con lo que ganaron los Bancos en el primer semestre se podrían construir 45.000 viviendas

Por InfoNativa El Banco Central dio a conocer el informe sobre bancos del mes de septiembre e informa que durante el primer semestre del año, los bancos que operan en el país han registrado una rentabilidad de 117.117 millones de pesos. Mientras la crisis afecta a la mayoría, los bancos siguen de fiesta.

Un latiguillo que resuena como mantra en tiempos de cuarentena es que la pandemia nos golpea a todos y todas por igual. Una gran mentira.

Las consecuencias económicas de la pandemia marcan a las claras que la desigualdad social no se corrige con la irrupción de un nuevo virus y exige decisiones políticas que las resuelvan para construir niveles de equidad social mínimos y tolerables.

El Banco Central, como lo hace cada mes, dio a conocer el estado de situación financiera de las entidades bancarias que operan en el país al mes de junio, con lo que puede realizarse un balance semestral de los niveles de rentabilidad descabellados que ostenta el sector.

Durante dicho mes, los bancos han registrado una rentabilidad de 17.939 millones de pesos, apenas un poco menos que en el mes de mayo, pero que le permite arrimar a un balance semestral que insulta a los bolsillos enflaquecidos del conjunto de los trabajadores y las trabajadoras del país.

En el primer semestre del año, meses en los que se registró una caída histórica de todos los indicadores económicos de Argentina, la destrucción de puestos de trabajo y un fuerte retroceso en los ingresos populares, los bancos acumularon una rentabilidad de 117.117 millones de pesos.

Para poner en dimensión el volumen de dinero ganado por los bancos en apenas seis meses, con esa cantidad de plata se podrían haber construido en el país 45.000 viviendas populares durante ese tiempo.

Sin ir más lejos, la rentabilidad de los bancos es seis veces más grande que la inversión pública anunciada para el relanzamiento del programa Procrear. Hace apenas un mes atrás, Alberto Fernández anunció la vuelta del programa de mejoramiento habitacional y construcción de viviendas con una carga presupuestaria de 20.000 millones de pesos.

El debate actual sobre la ocupación de tierras que se expanden por todo el país, no solo desnuda el grave déficit habitacional que acumula nuestro país a lo largo de la historia.

La rentabilidad bancaria registrada en seis meses, demuestra además la escandalosa desigualdad que hace que algunos pocos en la Argentina tengan una cantidad obscena de kilómetros cuadrados de tierra ociosa, o a la espera del desarrollo de un negocio inmobiliario con soporte bancario, mientras otros deben enfrentarse a los peligros de una ocupación para poder ser escuchados por el Estado.

La respuesta de asumir las tomas de tierras como un problema de seguridad y defensa de la propiedad privada, mientras los bancos encarecen las tasas de interés de los créditos hipotecarios, y se aseguran una escandalosa rentabilidad sobre la bancarización de la ayuda del Estado a los más humildes, marcan lo injusto del abordaje de la pobreza y la riqueza en el país.

Mar del Plata. FOTO: Télam

Cuanto peor, mejor.

La tendencia del sistema financiero en Argentina ha sido siempre la misma: cuanto peor la pasa la sociedad en su conjunto, mayores ganancias registran los bancos.

Durante los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri, las ganancias acumuladas por estas empresas fueron obscenas. Favorecidos por la devaluación constante de la moneda argentina, provocada por las corridas cambiarias que los bancos promovían y el gobierno alentaba, el bolsillo de la gente se destruyó progresivamente, mientras los balances bancarios registraban ganancias constantes.

La pandemia ha mantenido inalterable esa dinámica: mientras se achica el bolsillo por suspensiones y despidos, desaparece el ingreso derivado de la changa y el mercado interno se encuentra en la peor de sus crisis, los bancos vuelven a ser los grandes ganadores del momento.

¿El capitalismo humano?

Se recurre en forma habitual a la apelación de construir un sistema capitalista más humano como salida para la pandemia, al tiempo que todos los indicadores económicos parecen marcar que, lejos de estar aplanándose la curva de las desigualdades sociales, las mismas se acentúan a medida que avanza la pandemia del coronavirus en el país.

La salida de la crisis exigirá superar el discurso y empezar a transitar un ciclo de respuestas efectivas en el que un nuevo diseño de política tributaria, una nueva metodología de abordaje de las finanzas públicas y una dinámica de promoción del empleo, se nutran de la rentabilidad que hoy se le garantiza a un puñado de entidades financieras que multiplican sus ingresos sin moverse de la silla.

Como alguna vez se asumió el compromiso de campaña, será el tiempo de preferir a los trabajadores por sobre los bancos. Porque, en definitiva, los números de los que ganan y los números de los que pierden, dicen mucho de las preferencias.

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