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“Nuna Puka”, Almas Rojas, así se llama a las víctimas de la causa «Galeán y otros», 17 militantes del Partido Comunista que entre 1976 y 1977 fueron secuestrados en Tumbaya en el marco de los operativos de plan represivo desplegado en la última dictadura. Los procesados son ex integrantes de fuerzas de seguridad provinciales y nacionales.
El Tribunal Oral Federal de Jujuy vuelve a presidir en la sala Macedonio Graz de la Secretaría Electoral una nueva audiencia de este cuarto juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en la provincia durante la época de la dictadura militar.
La semana anterior fue la primera audiencia del año, y consistió en una inspección ocular en el penal de Villa Gorriti, donde un ex detenido reconoció los lugares y recordó a otros secuestrados que hoy permanecen como desaparecidos.
Paulino Prudencio Galeán, su hermano Crecente, Rosalino Ríos, Elías Juan Toconás, Rosa Santos Mamaní, Carlos Villada y Vicente Cosentini son los detenidos ilegalmente que fueron vistos por última vez en la cárcel, y nunca más se supo nada de ellos.
Los procesados son Carlos Gutiérrez, Alberto Callao, Armando Ruiz, Raúl Claros, Siro Goyechea, Juan Vaca, Catalino Soto, Francisco Espiándola, Melanio Portal, Jorge Mendoza, Federico Colmenares, Félix Batalla y Ramón Herrera.
También Mariano Braga y Eduardo Bulgheroni, que siguen el juicio por videoconferencia desde sus lugares de detención, donde están purgando sendas condenas a perpetua que les fueron aplicadas en el primer juicio de lesa humanidad que se realizó en Jujuy.
Todos están acusados por los delitos “de privación ilegal de la libertad agravada”, “tormentos agravados”, “violación de domicilio”, “sustracción ilegal de objetos”, “robo en despoblado” y “homicidio agravado”.
Durante la inspección ocular, dio su valioso testimonio el sobreviviente Juan Mecchia Bosco, hermano de la comunidad de La Salle que estuvo detenido entre noviembre de 1976 hasta marzo de 1978, cuando finalmente pudo exiliarse en Venezuela.
Recordó una vez más el fatídico 15 de diciembre de 1977, cuando un grupo de detenidos en esa cárcel fueron trasladados al aeropuerto provincial, y brindó detalles sobre la ubicación del Pabellón 3, donde solo eran alojados presos por razones políticas.
Contó que antes del traslado fueron formados en dos filas: una de nueve personas, entre las que se encontraba él, y otra de cinco. El detalle es que ninguno de los que estaban en este último grupo volvió a la prisión o se los vio con vida. Eran el mencionado Toconás, Manuel Ismael Vivas, Rosalino Ríos y los hermanos Paulino y Crescente Galeán, que fueron introducidos en otra camioneta. Nunca volvieron a verlos.
