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Cuba «reiteró su voluntad» de recibir a los emigrantes «que deseen retornar» a la isla y que están ahora varados en Costa Rica en su intento de llegar a Estados Unidos, país que insistió en su decisión de mantener su política de «pies secos-pies mojados» hacia los cubanos que quieran ingresar legal o ilegalmente a su territorio.
La información, divulgada por el diario oficial cubano Granma, también recordó que en la reunión realizada ayer en México entre los países centroamericanos, Ecuador, Colombia, Cuba y Estados Unidos, La Habana insistió en la necesidad de eliminar esa política de «pies secos-pies mojados» y la Ley de Ajuste Cubano, que les facilita obtener la residencia en Norteamérica, porque promueve la migración ilegal, lo que no fue aceptado por los representantes de Washington.
En la reunión predominó el criterio de que el origen de la situación actual está en el tratamiento preferencial que reciben los migrantes cubanos al llegar a Estados Unidos, sin importar la vía utilizada. En sentido similar, la mayoría de las delegaciones se manifestaron a favor de incrementar los esfuerzos para enfrentar la trata y el tráfico de personas, señaló el periódico cubano.
Por su parte, el canciller costarricense, Manuel González, dijo en San José que como resultado de las consultas diplomáticas «podría eventualmente darse una apertura (en la situación de los cubanos varados en su país) en la próxima reunión que quedó acordada para el 28 de diciembre, que podría realizarse en Guatemala o si no en México».
«México manifestó su voluntad de que una vez que lleguen a su frontera los dejaría pasar para que continúen su tránsito hacia los Estados Unidos», afirmó González.
Los alrededor de 8.000 cubanos varados desde mediados de noviembre en Costa Rica salieron legalmente de Cuba hacia Ecuador, que no exigía visas para esos nacionales en ese momento. Después, en su viaje por tierra hacia Estados Unidos, Nicaragua les cerró sus fronteras y quedaron retenidos en Costa Rica.
Ecuador, por su parte, decidió aplicar visas para los cubanos, en tanto Guatemala y Belice no permitieron hasta ahora el paso de estos inmigrantes.
El presidente costarricense, Luis Guillermo Solís, gestionó soluciones con los países involucrados pero no tuvo éxito hasta ahora. Su gobierno dijo que permitirá que los cubanos ya en ese país se queden, pero canceló las visas para otros que lleguen y anunció que deportará a los que entren ilegalmente.
Además, Solís decidió suspender la participación de su país en la mesa política del Sistema de Integración Centroamericano (SICA) por lo que consideró «falta de solidaridad» de Nicaragua, Guatemala y Belice.
Por otro lado, el viernes pasado, el gobierno nicaragüense emitió un comunicado que demanda del gobierno de Estados Unidos el respeto a los derechos humanos de los ciudadanos cubanos que inician una peligrosa travesía para llegar a suelo estadounidense, a la vez que exigió la eliminación de la política de «pies secos-pies mojados» y la suspensión de la Ley de Ajuste Cubano.
Nicaragua demandó igualmente de Estados Unidos de «soluciones para el traslado inmediato y seguro hacia su territorio de los miles de ciudadanos cubanos entrampados en esa peligrosa ruta». Por su parte, el presidente de Guatemala, Alejandro Maldonado, pidió a Estados Unidos extender los beneficios de su política y legislación migratoria hacia Cuba a otros países de la región.
