Los cubanos votan este domingo para renovar por cinco años el Parlamento, en unos comicios a los que se presentan 470 candidatos a diputados para ocupar igual número de escaños, con el abstencionismo como único obstáculo a sortear.
Ocho millones de cubanos mayores de 16 años están convocados a votar por los 470 candidatos –263 mujeres y 207 hombres– para la Asamblea Nacional del Poder Popular. La mayoría de los aspirantes pertenecen al Partido Comunista de Cuba (PCC), el único legal en la isla.
Los 23.648 colegios electorales abrieron en calma a las 7 (las 8 en la Argentina) y cerrarán a las 18 (las 19).
En Cuba (11,1 millones de habitantes), donde los partidos de oposición están prohibidos, el sufragio no es obligatorio.
Los votantes encuentran en la boleta dos posibilidades: el nombre de cada candidato de su distrito o la opción «voto por todos», lo que implica respaldar a los 470.
El Presidente @DiazCanelB llegó a las 8:20 a.m. y esperó su turno para ejercer su derecho el voto.
No aceptó pasar de primero.#Cuba 🇨🇺 #YoVotoXTodos #MejorEsPosible pic.twitter.com/6WKM3y8nJZ— Presidencia Cuba 🇨🇺 (@PresidenciaCuba) March 26, 2023
«Voté por el voto unido, porque a pesar de las necesidades, de las dificultades que pueda tener este país, no concibo darle mi voto» a los abstencionistas, «a los que nos quieren aplastar, a los yanquis», dijo a la agencia de noticias AFP Carlos Diego Herrera, un herrero de 54 años, en una casilla en el concurrido barrio Vedado, en La Habana.
Rachel Vega, una estudiante de arquitectura de 19 años, comentó que votó para «dar el paso al frente en este momento» y contribuir «a que mejore la situación del país».
«Con un voto unido estamos defendiendo la unidad del país, la unidad de la revolución, nuestro futuro, nuestra constitución socialista», dijo el presidente Miguel Díaz-Canel, de 62 años, tras emitir su voto en su natal ciudad de Santa Clara, a 280 kilómetros al sudeste de La Habana.
Pero esta opción también puede ayudar a candidatos a alcanzar más del 50% de votos válidos en la jornada, un requisito para ser elegidos.
Este proceso culminará este año con la elección del presidente de la República, en la que podría volver a ganar Díaz-Canel, el primero en tomar la conducción del país después de Fidel Castro y su hermano Raúl.
El presidente, también primer secretario del PCC, y el retirado Raúl Castro también son candidatos a diputados, entre otros dirigentes históricos e integrantes del actual Buró Político de partido.
La votación ocurre cuando Cuba atraviesa por la peor crisis económica en tres décadas, con una inflación galopante, una ola migratoria sin precedentes, provocadas por los efectos de la pandemia y del embargo económico estadounidense, así como por debilidades estructurales del país.
La participación electoral cayó los últimos años a sus niveles más bajos desde la entrada en vigor del actual sistema electoral de 1976.
En las elecciones municipales de noviembre la abstención fue de 68,5%, menor a la de los referendos por el Código de las Familias (74,12%), en septiembre, y por la Constitución (90,15%), en 2019.
Los candidatos, encabezados por Díaz-Canel, realizaron las últimas semanas una intensa y «singularizada» campaña en el terreno para escuchar las demandas ciudadanas, en un país poco acostumbrado al proselitismo electoral.
La nueva asamblea tendrá como «primer desafío reestructurar todo su sistema de trabajo en la relación diputado población», dijo Díaz-Canel, al salir de su casilla con una gorra con la leyenda «Yo voto por todos».
Sin una oposición autorizada, los llamados a la abstención se concentran en las redes sociales. «No seas parte de esa farsa (…) No vayas a votar el domingo», dijo la cuenta de Twitter «Cuba dice No a la dictadura».
La inconformidad «se constituye como en el partido político mayoritario del país, el partido del abstencionismo», opinó, de su lado, Manuel Cuesta Morúa, miembro del opositor Consejo para la Transición Democrática en Cuba.
Cuesta Morúa denunció esta semana que al menos cuatro personas, tres de ellas en La Habana, fueron advertidas por agentes de la seguridad de Estado para que se abstengan de realizar la labor de observación electoral.
Estos activistas, parte de la agrupación Ciudadanos Observadores de Procesos Electorales, tienen previsto vigilar la jornada en varias provincias de la isla.