Por Francisco Martirena, en BAE Negocios. Producto de la recesión económica que lleva más de un año y la pérdida general del poder adquisitivo, el consumo de pan en Argentina cayó de 90 kilos por persona en 2015, a menos de 75 kilos per cápita en la actualidad.
En diálogo con BAE Negocios, Jorge Vitantonio, tesorero de la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines (Faipa), reveló dichas cifras, en un contexto en el que han cerrado más de 150 panaderías en el primer semestre y muchos locales comerciales se han vuelto clandestinos por el alto costo impositivo y de las tarifas de servicios públicos. «Si bien las ventas ahora están algo estables por motivos estacionales, el empleo en el sector no se crea y los obreros que se jubilan o renuncian, no se reemplazan», afirmó el dirigente.
Para graficar la gravedad de la crisis, «la bolsa de harina estaba 230 pesos en 2018 y hoy cuesta de $900 a $950». «Es muy difícil seguir en este camino. Vemos caer a nuestros compañeros de ruta. Es más caro el gas que la luz», sentenció Vitantonio. Tras ello, criticó que «el 50% del subsidio del gas que le daban a algunas panaderías, no lo dan más».
La incidencia que tienen los impuestos y servicios en el precio final del pan, es del 35%. «Vendemos el pan felipe a $65, pero debiéramos venderlo a ochenta», señaló el tesorero de Faipa, quien recordó que el Gobierno nacional les había prometido una rebaja de aportes patronales y no cumplió, como ocurrió en el caso de algunos sectores sensibles de la industria.
«Mediante la ENAC (Asociación de Empresarios Nacionales), se pidieron medidas urgentes como la aprobación de la ley Pyme, dormida en el Congreso. Hemos pedido al Gobierno una señal política clara para las pymes, y por ende al sector, ya que aumenta en forma considerable la clandestinidad», apuntó el directivo. El ministro de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, Leonardo Sarquís, admitió en forma reciente que en el territorio bonaerense hay «casi 6.800 panaderías truchas», aunque omitió señalar que «la clandestinidad no es una avivada o un acto de maldad; es una decisión de supervivencia que hay que solucionar», corrigió Vitantonio.
«Nunca pasó que costara más quemar los hornos con gas, que con leña o combustible líquido. Cuando instalamos el gas, una de las causas era porque resultaba más económico además de la limpieza. Esto no resiste el menor análisis, busquemos las comparaciones que busquemos. Por más voluntad que le pongamos, estamos viendo como caen alrededor nuestro las pymes», se explayó el dirigente panadero.
Estado de emergencia
El año comenzó para la Federación Argentina de Industrias de Pan con la declaración de la «emergencia nacional», que produjo el cierre de 1.000 locales en el 2018.
En enero último, la entidad anunció el estado de emergencia de las panaderías de todo el país por no poder afrontar el pago de los servicios de luz, gas y agua; por la agobiante presión tributaria; y la dolarización de las materias primas. La entidad pidió audiencia con el presidente Mauricio Macri el 21 de diciembre y nunca se produjo.