El Submarino Jujuy Noticias de Jujuy, Argentina y el mundo
La pérdida del poder adquisitivo de los salarios estatales en Jujuy, que cada mes se retrasan más respecto de la inflación, comenzó a ser una preocupación para empresarios y comerciantes, pues deriva en una caída en las ventas. Luis Alonso, presidente de la Unión de Empresarios de Jujuy (UEJ), y Guillermo Alejandro Bustamante, de la Cámara de Comercio y Servicios de Jujuy (CCSJ), coincidieron en la necesidad de que se recompongan los salarios de la administración pública, entre otras medidas que deberían tomarse para preservar la actividad.
«Hay una recesión importante, con alta inflación, que en Jujuy pega fuertemente. Es una situación difícil», describió Luis Alonso en diálogo con El Submarino Radio (FM Conectar 91.5), y estimó que este panorama desfavorable «se va a mantener unos meses».
El empresario detalló que «aún no se están viendo cierres masivos», pero advirtió que «si esto se traslada en el tiempo va a empezar a haber más problemas».
Bustamante, por su parte, coincidió en la descripción de la problemática del sector privado. Tras asegurar que se verifican «bajas importantes de las ventas en todos los rubros», afirmó El Submarino Radio que están «haciendo malabarismos para soportar la situación».
Alonso señaló que es necesario que se mejores los salarios de los trabajadores estatales. «En el sector privado las paritarias más o menos van acompañando a la inflación, pero en el sector público no -comentó-. Jujuy tiene cerca de 100 mil empleados públicos. Si están por debajo de la inflación, se pierde el poder adquisitivo y eso se traduce en una pérdida de ventas; y sabemos que la actividad comercial y productiva se mueve con el consumo».
«Si la gente no tiene forma de hacer frente a las necesidades básicas, es una situación muy compleja», agregó.
En la misma línea se expresó Bustamante: «Mientras el trabajador no recupere su poder adquisitivo y pueda tener un excedente que le permita comprar otras cosas que no solo sean de la canasta básica, la cosa se complica bastante».
De todos modos, Alonso remarcó que «se genera una dicotomía» porque en el sector privado suele ocurrir que los pequeños comercios «no pueden abonar los sueldos de sus empleados» mientras que esos salarios no son suficientes para que los trabajadores puedan hacer frente a sus necesidades.
«Con el gasto extra por los aumentos de impuestos, más la recesión, la pérdida de ventas y la inflación que todavía está alta, se arma un combo complejo. Si esto no cambia, por lo menos que haya más actividad, puede llegar a poner en peligro ciertas pymes», vaticinó el titular de la UEJ.
Los empresarios y comerciantes, dijo Alonso, no pueden trasladar los aumentos en sus costos a los precios al consumidor «porque los sectores más vulnerables son los que están sufriendo».
Precios estabilizados
«Estamos viendo una estabilización de los precios de los insumos que necesita la pyme, ciertos productos que habían dado un golpe fuerte en diciembre y enero ahora se están estabilizando, y esa es una buena señal», describió Alonso.
Para Bustamante, los fuertes aumentos de los dos primeros meses del gobierno de Javier Milei se explican porque «los proveedores o los fabricantes han hecho previsiones medio exageradas con respecto al ritmo inflacionario, y hoy ante la falta de ventas algunos van bajando, aunque no con la misma celeridad que nosotros quisiéramos».
El titular de la CCSJ repasó: «En general ya no hay aumentos, al menos no los que teníamos a fin de año o a principio de este, que todas las semanas recibíamos listas nuevas con correcciones. Eso ha desaparecido y muchos productos se han ido acomodando, cediendo un poco».
La cuestión de las tarifas es un punto que preocupa al sector, sobre todo en las pymes en cuya estructura de costos la tarifa eléctrica es un alto componente. Sobre esto, Alonso contó que se reunieron con el presidente de la Superintendencia de Servicios Públicos (Susepu), a quien le plantearon que «la provincia podría hacer algo más para que el impacto no sea tan fuerte».
«Esperemos que se pueda dar, pero ya están viniendo facturas con aumentos importantes. No hablo de congelar la tarifa, pero que los aumentos no impacten tanto», dijo, y precisó que se produjeron aumentos de entre un 150 y 230 por ciento. «Si tenés una actividad importante, eso lo amortizás con las ventas; pero si tenés una caída de ventas, no es posible», señaló el empresario.
Alonso reveló que en su caso la caída de ventas en los últimos tres meses fue de entre un 25 y un 30 por ciento. A la cuestión de las tarifas, se suma el «aumento gastronómico» de Limsa, un tema sobre el cual «el municipio tiene que hacer algo», reclamó, porque «aumenta todos los meses».
Consultado sobre su opinión sobre el futuro inmediato, sostuvo: «Yo siempre soy optimista. Me parece que va a llevar unos meses largos, diría, cuatro o cinco, para que se empiece a revertir. Pero van a quedar pymes en el camino, y esa es la preocupación grande».
La Ley de Emergencia
El presidente de la UEJ estuvo el miércoles 10 en la Legislatura provincial, en el marco de la discusión por el proyecto de Ley de Emergencia elaborado por el Ejecutivo. Los empresarios están de acuerdo con el tramo referido al alivio fiscal para las pymes, «con generación de moratorias para poder hacer frente a las deudas, y eliminar los embargos y las ejecuciones», explicó Alonso.
«También hemos presentado algunas problemáticas que tenemos. Yo particularmente planteé que cuando aprueban leyes tienen que consultar a los sectores que impactan», indicó.
En este sentido, mencionó la normativa que se aprobó en diciembre. «Se establecieron aumentos en los impuestos; por ejemplo el inmobiliario, más del 300 por ciento; las patentes, más del 400 por ciento, los sellos, las tasas municipales, y nos enteramos de que hay que pagar luego de la aprobación», opinó.
Estrategias
Los comercios, en tanto, echan mano a estrategias para compensar la caída de las ventas. Consultado sobre las diversas alternativas para comprar en cuotas, Bustamante explicó: «Todo lo que es cuota facilita. El tema es la carga de intereses. En el caso del pago en tres cuotas sin interés, el costo lo asume el comerciante; y de ahí para adelante se traslada parte del costo al consumidor».
«En estos tiempos se trata de flexibilizar, aunque resignemos rentabilidad y se incrementen otros costos, porque tenemos que vender. Hay costos fijos que hay que cubrir, vendamos o no, así que tratamos de por lo menos tener un flujo de fondos que nos permita sostener la actividad», describió Bustamante.
Sin embargo, aclaró que estas modalidades son para el trabajador «pan para hoy y hambre para mañana», y en este contexto remarcó: «Es fundamental que los trabajadores en general recuperen el poder adquisitivo. Eso derrama a la economía y le da dinamismo a todo el comercio».
