La Fundación del Hospital de Niños nació en 1990 y se dedica prioritariamente a brindar atención a niñas y niños de la provincia logrando un acceso equitativo a prestaciones de alta complejidad como la tomografía y la resonancia. También se propone estimular y promover todos los aspectos del desarrollo científico, tecnológico y asistencial de las especialidades médicas pediátricas del Hospital de Niños Dr. Héctor Quintana.
Teniendo en cuenta que en Jujuy el 34 por ciento de la población corresponde al grupo infantil y que se cuenta con un único hospital pediátrico, la labor de la Fundación de Niños tiene un valor incalculable en la vida de miles de niñas, niños y también adultos a los que atiende cotidianamente.
Sumado a esto, la fundación cuenta con la “Casa Quintana”, que fue inaugurada en el año 2008 con un valor de 300 mil dólares que fueron aportados por la misma institución. Este lugar es un soporte fundamental para las familias que deben velar por la salud de sus hijos internados en el hospital y que en ocasiones deben trasladarse a la capital provincial. Allí se cuenta con más de 15 camas para albergar a quienes no pueden costearse un hotel, y se les brindaba la comida necesaria.
Toda esta labor lamentablemente se vio truncada este martes por el actual ministro de Salud de Jujuy, Gustavo Bouhid, quien en el escenario de una vieja rivalidad con la fundación aprovechó que el 31 de marzo venció el convenio con la institución para darle de baja a la actividad sanitaria y social que venía cumpliendo prestigiosamente hace décadas.
La venganza y la incompatibilidad manifiesta
El primer equipamiento de un tomógrafo de la Fundación fue adquirido con recursos propios de sus miembros, y recién en el año 2008 el entonces ministro de Salud, Víctor Urbani, firmó un convenio para cederle la administración del nuevo tomógrafo, para que la institución continúe gestionando positivamente las prestaciones médicas que brindaba.
Las razones que respaldaron esta decisión tenían que ver con la agilidad administrativa que tiene toda fundación en comparación con la maquinaria burocrática del estado provincial. En este sentido, desde que se puso en marcha el tomógrafo empezaron a correr los plazos del convenio.
En ese momento, el ahora ministro Gustavo Bouhid -quien ejercía funciones en el Hospital de Niños- presentó una denuncia ante el Defensor del Pueblo con el fin de detener la tarea de la fundación. El origen de esta acción tenía que ver con los intereses particulares de Bouhid en su carácter de socio de un instituto de radiología ubicado en calle Ramírez de Velazco, en pleno centro de la capital jujeña.
En la web oficial de la empresa privada de diagnóstico por imágenes se detalla la historia desde sus inicios en 1972. Allí se nombra a Gustavo Bouhid como parte del equipo de trabajo desde 1980.
“Persiguiendo siempre un mismo objetivo, brindar a la sociedad un servicio de diagnóstico médico de alta calidad, es que se comenzaron a suceder inversiones en equipamientos de última generación, en equipo humano profesional comprometido con la causa y sus correspondientes capacitaciones”, menciona el texto.
Pero ¿por qué el ahora ministro Bouhid denunció la cesión del tomógrafo desde el Ministerio de Salud a la fundación en 2009? La respuesta se relaciona con la gestión misma de la fundación, ya que al prestar servicios a través del tomógrafo y del resonador de manera gratuita a los pacientes del Hospital de Niños, también realizaba prestaciones a adultos, y recuperaba los costos económicos facturando a las correspondientes obras sociales y prepagas de salud.
Esta situación ponía a la fundación en una supuesta competencia con el instituto privado al que responde Bouhid. Ahí está el origen de este viejo rencor, que se fortaleció cuando el defensor del Pueblo le negó las intenciones al ahora ministro de salud.
La incompatibilidad del ministro Bouhid con este tema particular se tornó escandalosa, ya que desde 2017 viene tratando de expulsar a la fundación del Hospital de Niños. A pesar de todo, los integrantes de la fundación pudieron resistir amparados en el convenio firmado hace años, que acaba de vencer el 31 de marzo.
Lamentablemente, el resultado de esta venganza personal del ministro -que actúa en defensa de intereses particulares, siendo el responsable de la salud de todos los jujeños- deja a aproximadamente 15 empleados en la calle y a miles de niños que no pueden hacerse un estudio de tomografía porque se suspendió el servicio.