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El enfrentamiento verbal que protagonizaron hoy los sindicalistas Héctor Daer y Carlos Acuña. integrantes junto a Juan Carlos Schmid del triunvirato que conduce la CGT, profundizó las divisiones de en la cúpula de la central obrera y marca la aceleración de los pasos de una probable nueva ruptura.
Luego del la ausencia de Daer en el último encuentro del Consejo Directivo y su decisión de no sumarse al apoyo de la movilización de Camioneros, el gremialista de Sanidad fue tildado de “carnero” por el estacionero Acuña, quien lo instó a colocarse del lado de los trabajadores y no “de la patronal”.
Por Radio Diez, Daer descalificó los “agravios gratuitos” de su compañero de triunvirato y le recomendó no “perder el equilibrio”.
Daer se opuso a sumarse a la marcha de la CGT por considerarla “una protesta sectorial”.
Schmid, el otro de los triunviros, ya había admitido la posibilidad de ruptura y, además, adelantó que la movilización programada para el 22 de febrero “seguramente se va a correr” por coincidir con el sexto aniversario de la masacre de Once, en atención al pedido que en ese sentido formularan familiares de los 51 muertos en la colisión del Chapa 16, el 22 de febrero de 2o12.
Luego de un acercamiento de varios sindicalistas al gobierno del presidente Mauricio Macri, en los últimos meses quedó en evidencia un distanciamiento marcado tanto por la iniciativa de una ley de Reforma Laboral, por el momento postergada, como por la sanción de la reforma previsional, los incrementos tarifarios y los intentos de poner un tope a los aumentos salariales que se discutan en las paritarias.
Asimismo, el distanciamiento tiene como telón de fondo una serie de hechos policiales y judiciales que tuvieron como protagonistas a varios dirigentes sindicales, entre los que se encuentra Hugo Moyano, ex secretario general de la CGT hasta la asunción del presente triunvirato y líder de Camioneros, precisamente el gremio que impulsa la movilización, ahora sin fecha precisa.
Las divisiones en la CGT vienen siendo habituales desde mediados de la década del ’60, iniciadas con el enfrentamiento del metalúrgico Augusto Timoteo Vandor -quien, paradójicamente, nunca fue secretario general de la central sindical- primero con José Alonso, del gremio del Vestido y más tarde con el gráfico Raimundo Ongaro, que encabezó a los sectores más afines a la izquierda a través de la “CGT de los Argentinos”.
En el último tramo de la dictadura de 1976-1983, hubo una nueva división, encarnada por el cervecero Saúl Ubaldini, de la “CGT Brasil” y el plástico Jorge Triaca -padre del actual ministro de Trabajo- en la “CGT Azorpardo”.
Luego de un período de unidad durante la Presidencia de Raúl Alfonsín, durante el menemismo hubo notorias divisiones luego del Congreso del Teatro San Martín, entre los seguidores de Ubaldini -opositores al gobierno- y los del mercantil Guerino Andreoni, más proclives a acordar con el oficialismo.
Pero por entonces, un grupo de sindicatos -mayoritariamente estatales- se apartó de la CGT definitivamente formando, en un primer momento el Encuentro Sindical por el Proyecto Nacional (ENSIPRON), que luego diera lugar, en 1992 al Congreso de los Trabajadores Argentinos (CTA).
Sobre el final de la Presidencia de Carlos Menem, Moyano formó el Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA), para diferenciarse de la CGT liderada por Gerardo Martínez (UOCRA) y luego por Rodolfo Daer (Alimentación).
La CGT volvió a dividirse, esta vez en tres, durante la Presidencia de Cristina Fernández, con Moyano, el metalúrgico Antonio Calo (oficialista, al punto que se la denominaba “CGT Balcarce” por su afinidad con la Casa de Gobierno) y el gastronómico Luis Barrionuevo, con la “CGT Azul y Blanca”.
La ruptura también llegó a la CTA, con las fracciones de Pablo Micheli y Hugo Yasky.
Los intentos de unificar la CGT una vez iniciado el gobierno de Mauricio Macri no fueron fáciles, al punto que debió conformarse un triunvirato con Daer, Schmid y Acuña, en una reiteración del frutado intento de unificación de fines de principios de siglo con Moyano, José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Susana Rueda (Sanidad).
