Expectativa por el inicio de un nuevo juicio por delitos de lesa humanidad

Unos trece represores son los acusados en el cuarto juicio oral y público por delitos de lesa humanidad cometidos en Jujuy durante la última dictadura. Aún resta definir uno de los integrantes del Tribunal Oral Federal que llevará adelante el proceso sobre la causa “Galeán y otros”, que investiga los hechos que rodearon el secuestro de militantes del Partido Comunista que vivían en la localidad de Tumbaya.

Entre agosto y diciembre de 1976 se produjeron en Tumbaya una serie de operativos en los que secuestraron, entre otros, a los hermanos Paulino y Crecencio Galeán, Rosa Santos Mamaní, Rosalino Ríos, Juan Elías Toconás y Américo Vilca Vera. La mayoría eran trabajadores rurales y siete de ellos permanecen desaparecidos.

Eva Arroyo, referente de H.I.J.O.S. Jujuy, explicó a El Submarino que la audiencia preliminar se fijó para el próximo  jueves 30. “En este juicio va a estar el nuevo Tribunal Oral de Jujuy, del que falta definir el cuarto juez, y se suma la querella de ATE, porque Paulino Galián era trabajador de Arquitectura”, precisó.

-¿Quiénes son los acusados?

-Es gente del Ejército, de la Policía Federal, de la Policía de la provincia y del Servicio Penitenciario. Son alrededor de trece imputados, entre los que están los exmilitares Rafael Braga y José Bulgheroni -que fueron condenados a perpetua en el primer juicio-; los hermanos Ortiz, expenitenciarios -condenados en el segundo juicio­-, y Jorge Mendoza, el “Gaucho Martín”, que era de la Policía Federal y que está en libertad porque le bajaron la imputación en la Cámara de Apelaciones de Salta, lo que permitió la excarcelación. También están los integrantes del Comando Radioeléctrico. De todos los acusados, están todos detenidos menos dos: Vaca, que tiene cáncer terminal, y Mendoza. Mendoza fue el que secuestró a Paulino, lo sacó del trabajo. Aquí aparece la discusión eterna que hay en el sistema judicial sobre lo que se llama “la continuidad del delito”.

-¿A qué se refiere eso?

-Mendoza lo lleva al centro clandestino del Comando Radioeléctrico, y Paulino permanece allí 20 días desaparecido, sometido a tormentos, y después pasa al penal de Villa Gorriti, donde el 15 de diciembre le dan una falsa libertad y lo secuestran junto a otros cuatro del PC. La Cámara dice que Mendoza no es responsable de los tormentos porque él solo lo llevó hasta ahí. Es lo mismo que ocurre con Blaquier, que dice que él no sabía para qué eran las camionetas. Pero él sí sabía; ý más aun una persona que como el Gaucho Martín, que pertenecía al engranaje represivo, que se infiltraba en reuniones gremiales, como fue denunciado por el exdetenido Hugo Condorí. El que estaba en una fuerza de seguridad, sabía cuál era el destino. Sin embargo Mendoza está imputado solamente por privación ilegítima de la libertad, pero esperamos que en el juicio oral podremos ampliar la imputación, porque siempre surgen novedades.

-¿Cómo está la situación procesal de Blaquier?

-Estamos esperando que la Corte resuelva el recurso de queja. Hubo una reunión con el presidente, Ricardo Lorenzetti, para mostrarle la preocupación que existe respecto de los intocables a los que nunca les llega la justicia. Por otro lado, la Red de Abogados, donde están los que representan la querella por HIJOS, presentó una denuncia contra la Cámara de Casación por mal desempeño. Esas dos cosas van paralelas. Es importante, porque nos parece un dictamen arbitrario porque creemos que hay pruebas suficientes de que él sabía para qué era la logística, para qué la prestó. Entonces es un fallo absolutamente político. Desde lo técnico jurídico, está el trabajo que hacen los abogados. Desde afuera, está el impulso y la denuncia permanente de los organismos de derechos humanos. Este siempre ha sido un camino difícil, siempre hemos tenido obstáculos y eso nos ha fortalecido para seguir adelante.

“Cuarenta años no es nada”

-¿Cómo fueron las actividades en Libertador por los 39 años de la Noche del Apagón?

-A la mañana se realizó como todos los años en la Escuela Normal de Libertador un recordatorio o conmemoración, porque no nos olvidemos de que las escuelas todos los años van renovando el alumnado, entonces lo que hace esta actividad es sostener de algún modo la imagen de los pibes y docentes de esa escuela que fueron detenidos. Aquellos docentes formaron a sus alumnos con otra cabeza, y muchos de los pibes que egresaron y se fueron a estudiar a Tucumán fueron secuestrados en el CCD de Guerrero. Entonces se trata de sostener la historia desde la riqueza oral, del testimonio. Participaron organizaciones de otras provincias, porque también es importante aportar las experiencias de otros lugares, para comprender que el terrorismo de Estado no solo sucedió en Libertador ni en Jujuy sino que fue un plan sistemático a nivel nacional. Porque los pibes ya lo ven como lejano, pero en realidad cuarenta años no es nada.