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En un alarde de autoritarismo e impunidad, el prosecretario técnico de la Fiscalía N° 1, Guillermo Miguel Beller, montó un operativo policial para detener a un inspector de tránsito municipal que le había hecho a su esposa una multa por mal estacionamiento y había dispuesto el remolque del vehículo. El sindicato municipal, en respaldo al inspector, analiza denunciar al funcionario.
El episodio ocurrió el martes 23 alrededor de las 17, cuando el inspector de tránsito municipal Daniel Cordero, con 25 años de servicio, cumplía su trabajo en la Avenida 19 de Abril, y observó a la altura de calle Sarmiento, un Chevrolet Meriva gris, patente JYP453, estacionado del lado derecho, sobre la zona de parada de colectivos.
Al ver que pasaban los minutos y el conductor no aparecía, el inspector procedió a hacer lo que corresponde: la multa, y llamó a la grúa para que se llevara el auto.
Instantes después de que el auto había sido remolcado, apareció la conductora, María Elsa Fermi, quien llamó a su marido, que resultó ser Guillermo Miguel Beller.
La infracción ya se había sustanciado, pero Beller, mediante presiones y malos tratos, exigió que le restituyeran el auto a su mujer, argumentando que él trabaja en el Poder Judicial de la Provincia como ayudante de Fiscalía.
El inspector respondió que el vehículo no contaba con ninguna identificación oficial y que por eso se presumía que era de uso particular, por lo cual correspondía multarlo.
Lejos de actuar con la prudencia del caso y tratando de resolver la situación por los canales administrativos y legales correspondientes, Beller hizo gala de impunidad: amenazó al trabajador con enviarle la policía para detenerlo por supuesto “desacato a la autoridad”.
Al ver que el inspector y su jefe de turno seguían en su postura, Beller cumplió su amenaza: hizo una llamada telefónica y en minutos aparecieron unos 30 efectivos de la policía, entre ellos la Infantería, armados con itakas, cascos, palos y escudos.
Para entonces, ya se había juntado un grupo de personas, que frente al descomunal despliegue policial, empezaron a dar su apoyo a viva voz al inspector y a repudiar la actitud del funcionario judicial por usar su cargo para exigir un trato diferenciado, mientras intentaba amedrentar al inspector con la policía.
Alertados por radio, un grupo de inspectores de tránsito se apersonaron en el lugar para dar apoyo a su compañero, quien a esa altura se encontraba aferrado a un vallado tratando de que la policía no se lo lleve. Tras algunos forcejeos, los policías finalmente desistieron de cumplir con la orden de Beller de llevar detenido al inspector.
“Me trataron como un asaltante. Daba la impresión de que este muchacho no quería pagar la multa, porque todo el tiempo estuvo llamando por teléfono a un supuesto fiscal o juez para que le liberen el auto», dijo Cordero, y continuó: «Lo que me da bronca es que ahora puede venir cualquier funcionario judicial y va a llamar a un juez para que detengan a cualquiera porque a él se le da la gana».
Mostrando conocer sobre derechos civiles más que muchos, agregó: «Yo creo que ante la Constitución somos todos iguales y tenemos los mismos derechos. No porque alguien sea funcionario puede hacer lo que quiera con la gente humilde como cualquier trabajador estatal”.
Al enterarse del hecho, se hizo presente el secretario de Organización del Sindicato de Empleados y Obreros Municipales (Seom), Alberto Arias, quien asistió al inspector y lo ayudó a recobrar la tranquilidad para relatar lo sucedido a las autoridades municipales del área.
“Es una vergüenza que tengamos esta clase de gente en las fiscalías, sabiendo dónde están los distribuidores de droga en Jujuy, quiénes hacen trata de blancas y dónde está la venta de paco. Cordero es un trabajador honorable, doy fe. Es intachable, un hombre bueno. Nosotros no vamos a permitir que ningún trabajador, sea del Seom, de ATE o de UPCN, sea atropellado ni avasallado”, aseguró Arias.
“Esto debe ser un tirón de orejas para la justicia y para los que tienen chapa para hacer cosas personales —advirtió—. Si Beller o su mujer estaban en infracción, lo que deben hacer es concurrir al Juzgado de Faltas, pedir disculpas por dejar estacionado el auto en la parada del colectivo, pagar la multa y retirar el vehículo. No hay que malgastar la plata del Estado llamando policías, patrulleros. ¿Qué somos? ¿Delincuentes?»
Instó luego al funcionario a recapacitar: «Señor Beller: usted tiene que rever su situación y empezar a trabajar por el bien de la comunidad”, y le recordó que hay videos y testigos dispuestos a contar lo que pasó, en caso de que trate de tergiversar los hechos.
El sindicalista destinó finalmente un párrafo aparte para el secretario de Servicios Públicos municipal, Guillermo Marenco: “Cuando tenemos que reclamar y quemar gomas, lo hacemos. Pero hoy, tenemos que decir que Marenco actuó como un jefe responsable, poniéndose del lado del trabajador”.
