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La Biblioteca Popular y Centro Cultural Niños Pájaros denunció que a horas de anunciar un conjunto de actividades para celebrar su aniversario 14, el policía de apellido Martínez que usurpó su terreno y permanece allí a pesar de una orden judicial de desalojo, atacó la granja comunitaria Vida Digna.
Pese a la orden de no innovar, pese a contar con una orden de desalojo emitida hace meses y con un fallo en primera instancia contra esta usurpación ocupación, el funcionario policial Martínez incendió y destruyó el cartel que anunciaba la granja y cortó los árboles que la poblaban.
«¿Qué espera la justicia, y en particular la jueza Victoria González de Prada, para resolver la situación de nuestra granja?», se pregunta la organización, y agrega: «Mientras la causa duerme en anaqueles distintos de donde se ubican las de los poderosos seguimos arriesgándonos a recibir un disparo de este usurpador armado o las hostigaciones de alguno de los amigotes de la fuerza policial que siempre se hacen presentes cuando desarrollamos alguna actividad en el lugar».
«¿Qué espera la policía para actuar frente a la denuncia de amenaza armada de Martínez y a las decenas de irrupciones de agentes de la comisaría 33 cada vez que son convocados por el usurpador cuando vamos a nuestra granja? ¿Buscan una reacción visceral de los agredidos que les de un argumento para reprimir? Sólo una conciencia represiva y brutal puede presuponer tal acción ¿O espera fútilmente que su defensa ilegal y corporativa de Martínez nos desaliente a recuperar lo nuestro? No pasará», continúan.
«Mientras crece la injusticia, crece la rabia, rabia por la casita, los postes y los sembrados que destruyó, por los bloques, puerta y ventana que robó, por los compañeros golpeados por Martínez y sus secuaces, por los choclos destinados a la solidaridad que destruyó tirando encima de ellos a su hambriento caballo, rabia incluso por un maltrato animal tan evidente en ese costillar famélico, rabia legal y legítima que las instituciones responsables algún día verán estallar en banderas y colores que volverán a inundar las calles».
«Es por ello que convocamos a todas las personas y organizaciones de bien cuya indignación acompaña a la nuestra a coordinar una gran repudio artístico y cultural contra tamaña incultura, contubernio y abuso de poder para mostrar, en breve, que cuando se siembra amor se cosecha dignidad».
