La oposición fracasó este martes en su intento de imponer una acusación constitucional destinada a destituir al presidente de Chile, Sebastián Piñera, al no lograr en el Senado, como se preveía, los votos necesarios.
El oficialismo abroquelado salvó a Piñera, acusado por la revelación de presuntos negocios en paraísos fiscales, y aún antes de la votación, por los adelantos de los senadores, estaba claro que el juicio político no tenía los respaldos necesarios.
Pasadas las 21.30 (misma hora en la Argentina), cuando el debate no había terminado, los votos anticipados por cada legislador hacían aritméticamente imposible que la acusación alcanzara los 29 sufragios necesarios.
La parte clave de la sesión avanzaba lenta y llegó después de que, por la mañana, expusiera una comisión compuesta por tres diputados que entregó sus argumentos a favor de la moción de destitución, y de que la defensa de Piñera mostrara luego sus razones a favor de descartar la acusación.
Una votación favorable a la destitución hubiera dado paso a la integración de un Gobierno transitorio encabezado por el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, hasta que el Congreso eligiera por mayoría absoluta a un nuevo presidente. Pero por los números previos, ratificados en la sucesión de pronunciamientos, la suerte de la acusación parecía echada: la oposición no lograría los 29 votos que necesitaba, ya que únicamente tenía 24 senadores.
Según la investigación denominada Pandora Papers, a Piñera se lo acusa de vender la Minera Dominga, durante su primer mandato presidencial, entre 2010 y 2014, en una transacción en el territorio de las Islas Vírgenes Británicas, un paraíso fiscal.
Al mandatario lo respaldó una decena de ministros, subsecretarios y delegados, que volcaron en las redes sociales el apoyo con el menaje coincidente de “Cuidemos la democracia».
Con este paso, Piñera se quedará en la Casa de la Moneda hasta el fin de su mandato, el 11 de marzo del año próximo.