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En estas cuartas elecciones primarias que se realizan en el país, se implementa la identificación biométrica electoral en 1052 mesas de seis provincias, incluida Jujuy. La prueba se hace en La Quiaca.
Chaco, Corrientes, Formosa, Misiones y Salta son las otras provincias que participan de este ensayo, involucrando a un total de 362.460 electores.
La identificación biométrica se refiere al uso de características anatómicas personales y únicas -como huellas digitales, rostro o iris- o de comportamiento, -como el habla o la firma- que sirven para reconocer automáticamente a los individuos.
En esta oportunidad, en cada mesa de votación habrá un dispositivo de verificación biométrica a cargo de la autoridad de mesa. El presidente de mesa verificará la identidad del elector en el padrón impreso; habilitado a votar, el presidente de mesa lo invitará a que verifique su identidad en el dispositivo. El presidente de mesa ingresa el DNI, y la pantalla del dispositivo mostrará los datos del elector que consta en el padrón impreso. El elector colocará su pulgar en el lector.
En caso de no poder escanear la huella o que la comparación sea negativa, deberá reintentar. El eventual resultado negativo del cotejo biométrico tampoco será relevante a efectos de una posible impugnación de la identidad del elector. La verificación biométrica no afecta el derecho del elector a votar.
Un ingeniero del Centro de Cómputos de la Secretaría Electoral está presente en La Quiaca hasta la finalización del comicio, para supervisar la prueba.
El sistema ha despertado críticas, no porque se ponga en duda su efectividad sino porque no sería necesario. Especialistas aseguran que el control de documentos de identidad, la existencia de fiscales partidarios y una justicia electoral eficiente alcanza para asegurar la transparencia de la elección y voto, sin necesidad de gastar dinero en tecnología.
