La imagen de la Virgen de la Candelaria, patrona de la Prelatura de Humahuaca, recibió hoy la devoción de miles de peregrinos que se acercaron hasta el histórico distrito en una jornada en la que se mezcló el auténtico sonido de bandas de sikuris y procesiones que matizaron la festividad.
Una salva de bombas en el amanecer norteño anunció las celebraciones patronales y poco después de las 10, cientos de personas colmaron las escalinatas del Monumento a los Héroes de la Independencia, donde se llevó a cabo la eucaristía central.
Densas nubes brindaron un poco de protección al acuciante calor que se hizo sentir, pero no evitaron que los presentes elevaran sus pañuelos agitándolos permanentemente para saludar a la “mamita de la Candelaria”, como la llaman los lugareños.
“En este año ratificamos el mensaje que pregona el Papa Francisco, llamamos a fortalecer la comunión de todos los creyentes y no creyentes, fortaleciendo la participación en tantos espacios sociales y eclesiales para poner al servicio de la comunidad”, señaló a Télam el obispo de Humahuaca, Florencio Félix Paredes Cruz, luego de presidir la misa de acción de gracias.
Las honras a la Virgen de la Candelaria se remontan al año 1634 bajo la evocación de la señora de Copacabana, aunque casi inmediatamente los originarios de la zona rebautizaron la denominación con el nombre que lleva hasta la actualidad.
Desde entonces, peregrinos y creyentes de la Quebrada de Humahuaca, la Puna jujeña y hasta fieles del sur de Bolivia participan de los homenajes a la imagen santa, patrona de la ciudad histórica, y hace alrededor de 50 años se la considera patrona de la Prelatura de Humahuaca, zona que abarca hasta la región de los altos valles salteños.
“Nos emociona cumplir un año más el compromiso que tenemos con la patrona de todos los humahuaqueños y humahuaqueñas”, dijo Karina Paniagua, jefa comunal de Humahuaca, en relación a las actividades celebratorias diagramadas junto a los referentes de la iglesia.
El municipio local estuvo a cargo de las actividades en las vísperas del día central, momento en el que se destacó un espectáculo de luz y sonido que se sumó al tradicional del «torito» (promesantes que llevaron sobre sus hombros un armazón taurino cubierto de cohetillos), quienes bailaron como ofrenda a la imagen santa.
Todas las actividades se llevaron a cabo con el incansable sonido de bandas de sikuris, erkes y el baile de samilantes en un contexto de devoción que expresaban los asistentes a la festividad.
La imagen de la Virgen de la Candelaria es una talla de cardón, luego enyesada. Viste una túnica y un manto celeste artesanalmente decorado y lleva sentado en su brazo izquierdo un niño Jesús en actitud de bendecir, quien sostiene en su mano izquierda un globo de plata que representa el mundo.
Actualmente, en cada fiesta patronal luce sobre su cabeza una corona de filigrana de oro y rubíes incrustados, realizada con joyas que donan los promesantes, ininterrumpidamente desde el año 1952.
La jornada festiva se trasladó hacia la tarde a las calles del pueblo, donde hombres, mujeres, y niños se adueñaron del suelo empedrado y avanzaron por los populosos barrios del sur de la localidad conocidos como Santa Rosa, San José y Santa Rita en una lenta procesión.
Mientras tanto otro grupo de personas guardaban un espacio frente a la iglesia del pueblo para poder disfrutar de un desfile a caballo encabezado por gauchos y paisanas jujeñas que conformaron la tradicional Marcha Evocativa, y de esta manera culminar con una de las más auténticas fiestas populares humahuaqueñas.