Los docentes jujeños de todos los niveles adhieren al paro nacional

Los docentes jujeños de todos los niveles adhieren al paro nacional de este martes, en repudio a la represión de este domingo en la Plaza de los Dos Congresos a docentes que pretendía instalar una escuela itinerante.

La Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Jujuy (Adiunju) expresó su repudio «a la brutal represión de la policía de la Ciudad de Buenos Aires, con gas pimienta y otros elementos, a los docentes de CTERA que intentaban armar una escuela itinerante frente al Congreso de la Nación, en donde estuvo por muchos años, la Carpa de la Dignidad Docente».

Calificaron estos hechos como «el accionar de un gobierno caprichoso que se niega a cumplir con lo que manda la ley y con acuerdos que firma», y volvieron a exigir el fin del ajuste y la represión; un 35 por ciento de aumento salarial, y la apertura de las paritarias nacionales docente de todos los niveles.

Confirmaron además que adhieren al paro nacional de este martes, de acuerdo a lo resuelto por la Conadu Histórica. 

Además, los universitarios dará clases públicas en la plaza Belgrano, la peatonal Belgrano y la calle Otero, frente a la Facultad de Humanidades. La expectativa del sector está puesta en la reunión paritaria que convocó el gobierno nacional para este miércoles. 

Los profesores representados por el Centro de Docentes de Enseñanza Media y Superior (Cedems) comunicó que en consonancia con lo dispuesto por el Consejo Directivo de la Confederación de Educadores Argentinos (CEA) se resolvió adherir a la medida de fuerza. 

En tanto, la Asociación de Educadores Provinciales (Adep), que nuclea a los maestros de inicial y primaria, también convoca al paro, en este caso de acuerdo a la CTERA, su entidad madre, y denunció «la demonización de la dirigencia, las amenazas de quitar las personerías jurídicas y gremiales, buscar voluntarios, denostar a la docencia».

«No estábamos equivocados cuando afirmábamos que el gobierno nacional y provincial perseguía, hostigaba, judicializaba, criminalizaba, multaba a los sindicatos y ahora reprime a los maestros que querían instalar en la Plaza de los Dos Congresos una escuela pública itinerante», continúa el documento, y destaca que «de nada sirvieron las vías administrativas correctas, las autorizaciones, cuando la orfen emanada de la Presidencia de la Nación era la de reprimir a los docentes».

Describe luego: «Las fuerzas de seguridad, brazo armado de este gobierno, no miró que la mayoría eran mujeres, todas de guardapolvo blanco, debidamente identificados, sin taparse los rostros, sin palos ni ningún tipo de elementos que pudieran causar daño; pero arremetieron igual, usando cobardemente la fuerza, armados hasta los dientes, empleando gas pimienta en los rostros de un puñado de docentes que pacíficamente preparaban un nuevo lugar de trabajo. Allí se darían clases públicas de historia, de ciudadanía, de ética, de música con los coros de niños, allí se hablaría del país que queremos, que país que soñamos, de la construcción colectiva, de la pedagogía de la esperanza y de las utopías, allí se educaría al soberano».

Y concluye: «Pero el temor de la ignorancia, convertido en cobardía pudo más. El gobierno tiene miedo que el pueblo conozca la verdad, solo cuida los intereses de aquellos que concentran dinero y poder y se encuentra genufléxico a los intereses familiares».