Lucas Grenni presenta su libro en el que cuestiona a los medios en relación a la Justicia

Este miércoles a las 20, en el Colegio de Abogados, se presenta el libro “Sistema penal y medios de comunicación”, de Lucas Grenni. A partir del análisis de cómo influyen los medios en las causas penales, el abogado realiza lo que él llama “un alegato por la libertad de pensamiento”. En diálogo con El Submarino Radio, advirtió además sobre la falta de independencia del Poder Judicial, y dio su interpretación acerca de la indefinición de la situación de Milagro Sala: “Mi opinión personal es que es una maniobra para mantener las condiciones actuales”.

El autor explicó que su trabajo pone el foco en la manera en que los medios de comunicación influyen en las causas penales, y en cómo se puede evitar esa influencia. Y ofrece una segunda mirada: “Es un alegato por la libertad de pensamiento y la libertad de elección; es decir, el derecho a la autodeterminación, con la información suficiente para decidir. Como amo la libertad en todas sus formas, es un alegato por la libertad.

Grenni escribió este libro partiendo de un trabajo que publicó en la revista La Ley en 2005, sobre el que profundizó “después de ver las cosas que suceden en la provincia, sobre todo las que sucedieron en 2016”, relató. 

“Esas cosas me llevaron a no querer quedarme callado, a no querer ser cómplice con el silencio o la omisión, a no tener que callar por miedo a las consecuencias –continuó-. En definitiva, no querer cargar el día de mañana con el cargo de conciencia por no haberme opuesto a un sistema que está funcionando como una especie de máquina de cortar carne con la libertad y los derechos de los ciudadanos en la provincia”.

-¿Esto está relacionado con el encarcelamiento de Milagro Sala?

-Sí, claro. Puntualmente, con esto de generar opiniones para manipular luego las decisiones.

Grenni fue abogado defensor de la contadora Marta Gutiérrez, quien fue investigada por presuntas irregularidades cometidas mientras se desempeñaba en el Instituto de Vivienda y Urbanismo de Jujuy (Ivuj), en el marco de la causa por la entrega de recursos a cooperativas, y que fue finalmente sobreseída por la justicia.

Para Grenni, el caso de Gutiérrez es un ejemplo. “Ya ha sido sobreseída, pero mientras tanto se ha generado una conciencia de su participación en un acto ilícito, que no era tal, y eso le ha generado dolor, reprimenda social, el ‘por algo será’; un daño a su persona que es imposible de ser resarcido”, resaltó.

Y mencionó además los casos de Milagro Sala, Amado Boudou y Cristina Fernández de Kirchner, sobre los que, remarcó, “ninguna de estas personas tiene sentencia firme”.

“En el caso de Milagro inclusive el fiscal de Cámara está pidiendo que sea revocada su sentencia por nula, en atención a muy serios problemas de prueba, con testigos cooptados e influenciados”, agregó. Se refiere al dictamen del fiscal general ante la Cámara Federal de Casación Penal, Javier De Luca, quien dictaminó que debía revocarse la condena a Sala, Graciela López y Gustavo Salvatierra por el escrache con huevazos ocurrido en 2009 contra el por entonces senador Gerardo Morales. También solicitó que se declare nula la acusación de la querella que representa a Morales y adelantó que denunciará por falso testimonio a dos de los testigos.

En esa causa, Milagro Sala recibió una condena de tres años en suspenso. El próximo jueves se realiza una audiencia en la que sus defensores expondrán ante la Cámara sus fundamentos, y luego habrá que esperar la resolución de los camaristas.

Grenni advierte que “hay una conciencia generalizada de reproche social en atención a condenas que no existen, que son solo condenas mediáticas que anteceden a una condena en un juicio justo”.

“Es lo inverso del entendimiento de principio de inocencia, porque las personas son tratadas como culpables hasta que se demuestre su inocencia, y eso es una barbaridad”, afirma, y recuerda que el principio es exactamente el inverso: que las personas deben ser tratadas como inocentes hasta que el estado pruebe su culpabilidad. “Y la culpabilidad se prueba con una sentencia obtenida de forma legal”, recuerda.

Volviendo al libro que presenta este miércoles, sintetiza: “Mi alegato es por la libertad de pensamiento, por la facultad de decidir libremente, por que no nos manipulen desde el poder influyendo nuestras decisiones”.

El rol de los medios de comunicación es central en este punto. “Cuando finalmente la justicia no condena y en cambio absuelve, no lo publican; tampoco el sobreseimiento ni la desvinculación de la causa; ni admiten que lo que dijeron no era cierto”, describe Grenni.

“Tenemos un sistema que deja desnudo al ciudadano que es juzgado, en el sentido de que realmente se encuentra indefenso frente al avance de los medios hegemónicos, a los que después satelitalmente repiten otros, que manipulan desde los verbos hasta los sustantivos, desde qué se hizo, quien lo hizo y cómo se hizo”, señala.

Y da un ejemplo: “Cuando quieren desvincular a la persona, usan sinónimos o la mencionan relacionada a su función; como ocurrió ahora con el José Cano, imputado por malversación de fondos y coimas con Corea. Todos los diarios, salvo Página|12, dicen ‘Imputaron a funcionario del plan Belgrano’, en lugar de decir ‘Imputaron a José Cano’. Y eso es porque la información no es conveniente a sus intereses, entonces lo bautizan como ‘funcionario’. Si fuera un funcionario del gobierno anterior lo pondrían con nombre y apellido, afirmando la existencia del hecho sin que se pruebe judicialmente”.

En suma, el objetivo de Grenni con su libro es crear conciencia para que “estemos alertas frente a la comunicación”, pero también espera que la justicia se ocupe del problema de la filtración de la información, y lo explica con su propia experiencia: “Cuando estaba a cargo de esas causas, me enteraba de cosas por los medios”.

“La justicia debe procurar mecanismos eficientes para que todos los ciudadanos sean juzgados como corresponde, porque las garantías se deben aplicar a ultranza siempre”, agrega.

-¿Cree que hay estado de derecho en Jujuy? 

-Creo que no, pero es una opinión mía. Pero la ONU, la OEA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos están diciendo “muchachos, esto va por mal camino”. Es la primera vez que van a condenar a Jujuy ante organismos internacionales de derechos humanos. Después del baño de sangre de las dictaduras, no hemos aprendido que los derechos humanos son derechos de todos, no de ciertos sectores nada más. Es tristísimo. Inexcusablemente, no estamos en un estado de derecho. La Corte Suprema tres semanas antes del fallo del 2×1 dicta otro para acomodarse, diciendo que no le es aplicable el control de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; eso es una manipulación jurídica de las instituciones. Si una sociedad suscribe un pacto, no puede decir luego que no lo va a cumplir.

-¿No hay independencia del Poder Judicial? ¿Cree que está influido por el Ejecutivo?

-Por supuesto. No sé si se nota tanto a nivel provincial, pero sí a nivel nacional. No sé si le pondría nombre y apellido, pero sí creo que hay una corporación judicial que han decidido ser funcional y está haciendo cosas que no corresponden.

-¿Qué lectura hace de la demora en el avance de las causas contra Milagro Sala?

-Mi opinión personal es que es una maniobra para mantener las condiciones actuales. La causa Pibes Villeros es una barbaridad, porque el dinero bajó para hacer un adecuamiento habitacional en seis meses, y si vos la detuviste a los 20 días de recibir el dinero, es imposible que puedas decidir la ejecución de esas obras. Entonces no hay manera de condenar, porque hay un problema de derecho: vos mismo colocaste a esa persona en la imposibilidad de cumplir, porque la detuviste. Entonces jurídicamente la causa no es sostenible. Pero resulta funcional y conveniente para ciertos sectores, para aquellos a los que les es más cómodo vivir sin conflictividad social, que en realidad está tapada, bajo la alfombra o retenida bajo los arietes de una prisión. Pero esas personas se olvidan de que cada logro social se ha conseguido con la lucha y el reclamo.