En el marco de la visita oficial del presidente Mauricio Macri al Palacio del Planalto, Brasil y Argentina firmaron un nuevo tratado de extradición, bajo la excusa de una supuesta necesidad de “modernización”. El ministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil, Sérgio Moro, propuso aceitar la cooperación en materia de seguridad entre ambos países durante un encuentro del que participó su par argentina, Patricia Bullrich y el titular de la cartera de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano.
El ministro, famoso por haber condenado a prisión por corrupción al ex presidente Luiz Inácio Lula da SIlva en su función de juez de la Operación Lava Jato, intercambió opiniones sobre las políticas de combate del delito con los funcionarios locales y les propuso firmar un nuevo tratado de extradición, que luego fue rubricado por ambos presidentes.
Según Moro, este nuevo tratado permitiría “agilizar” los procesos de extradición sin tener en cuenta los canales diplomáticos. El ex juez fundamentó su decisión bajo el supuesto de que el actual pacto “es antiguo” y “hecho en otra época”. «Las formas de comunicación son otras y está la percepción de una necesidad de agilizar estos mecanismos de cooperación», aseguró Moro a periodistas, luego de la entrada de Macri en el Palacio del Planalto.
La ministra de Seguridad Patricia Bullrich compartió una fotografía del encuentro que mantuvieron los funcionarios argentinos, del que también participó el ex general de reserva Augusto Heleno, jefe de Gabinete de Seguridad de la Presidencia de Brasil. «Fijamos una agenda de trabajo conjunto para la seguridad de los argentinos y brasileños. Reforzaremos la cooperación en materia de lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado en la región», celebró la ministra emblema de la política de seguridad punitivista del gobierno de Macri.
Durante la conferencia conjunta que brindaron hoy a la prensa desde el Palacio del Planalto, Macri y Bolsonaro coincidieron en que se reforzarían los lazos de cooperación en materia de seguridad. Bolsonaro, quien ayer flexibilizó la tenencia de armas en Brasil para la «defensa personal», prometió ser un «aliado firme» de Argetina en las políticas que busquen combatir el crimen.