Milagro Sala está obligada a salir al balcón de su casa de El Carmen para que la vean los gendarmes apostados del otro lado del muro, a pesar de que usa una tobillera electrónica monitoreada por el Patronato de Liberados de Jujuy. ¿»Dónde está Santiago Maldonado, eh?», les grita cada mañana, aún en pijama.
Desde el 31 de agosto la dirigente social está en lo que ella denomina «cárcel-casa», la propiedad de El Carmen donde el juez Pablo Pullen Llermanos dispuso trasladarla, con una serie de restricciones que dieron lugar a una denuncia en la justicia federal presentada la semana pasada por los diputados provinciales de Frente Unidos y Organizados por la Soberanía Popular (Fuyo) Juan Manuel Esquivel y Ariel Ruarte.
Desde allí, Sala se sumó al reclamo por la aparición con vida de Santiago Maldonado y en los últimos días se solidarizó con los cientificos en lucha en el Ministerio de Ciencia y Tecnología, en Buenos Aires.