Los movimientos sociales realizan una nueva jornada nacional de lucha. Con la consigna «Urgencia para enfrentar el hambre», piden que el gobierno refuerce los comedores y aumente el salario social complementario, entre otras medidas de protección frente a la suba del precio de los alimentos. La protesta sacó a prácticamente todas las organizaciones a las calles de las principales ciudades del país.
En la ciudad de Buenos Aires, centro de las manifestaciones, desde las diez de la mañana quedó cortada la avenida 9 de Julio, desbordada de gente. Es que convocaron a marchar la CTEP, Somos Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa (más conocidos como Los Cayetanos) y el Frente Darío Santillán. Son las organizaciones de mayor capacidad de movilización, y en este año que abrió la posibilidad de un cambio de gobierno, todas se fueron acercando al Frente de Todos.
También movilizaron agrupaciones de izquierda como el Polo Obrero y el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), y sectores del Frente Darío Santillán y de Barrios de Pie que en los realineamientos del año electoral decidieron mantenerse más cerca de la izquierda que de Los Cayetanos.
“Va a ser una jornada contundente. En todo el país nos estamos manifestando para visibilizar el hambre y la falta de trabajo. Necesitamos ya la declaración de la Emergencia Alimentaria; necesitamos que esta crisis no siga escalando porque los daños sociales son muy profundos y el único camino para frenarlo son políticas concretas para generar trabajo y para asegurar el acceso a los alimentos de la canasta básica para todas las familias”, señaló Gildo Onorato, dirigente del Movimiento Evita.
Articulan la movilización los pedidos de sanción de la ley de Emergencia Alimentaria, el aumento del salario social, el otorgamiento de un bono de $2.000 a los integrantes de cooperativas y la suba de las jubilaciones y pensiones mínimas.
Esteban “Gringo” Castro, el titular de la CTEP, explicó que la protesta está centrada en conseguir respuestas para la emergencia. Por ejemplo, este viernes va a reunirse el Consejo del Salario para definir el nuevo monto del salario mínimo, vital y móvil. De él depende cuánto subirá el salario social complementario, que cobran los integrantes de las cooperativas sociales, con un piso de la mitad de un salario mínimo.
“El salario social no es un plan, sino el complemento salarial que necesita un sector de nuestro pueblo que no está trabajando el marco de la formalidad, pero que trabaja. Tenemos miles de compañeros, sobre todo mujeres, sosteniendo comedores y merenderos. Le están salvando la vida a miles de chicos a los que les dan de comer todos los días, y sólo algunas de nuestras compañeras perciben esos 7500 pesos. Mientras tanto, en un país que produce 400 millones de alimentos los grandes exportadores ni siquiera tienen que rendir las divisas acá; no son capaces de garantizar la alimentación para nuestro pueblo”, señaló Castro.
Con Página/12