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La agrupación de mujeres Pan y Rosas, que integra el Frente de Izquierda y los Trabajadores, se reúne en plenario este viernes para debatir y coordinar acciones contra la violencia de género y los femicidios, de cara a la movilización prevista en todo el país para el miércoles 3 de junio, que en Jujuy está convocada en la Plaza Belgrano.
“El femicidio es el último eslabón de la cadena de opresiones, que termina en la muerte de una mujer”, sintetizó a El Submarino Natalia Morales, referente de Pan y Rosas y del PTS Jujuy. “Queremos problematizar y ver qué hay detrás de la muerte de cada mujer, pensar en los diversos casos de violencia y de abuso que se dan cotidianamente”, agregó.
La dirigente mencionó la precarización laboral de la mujer, las desaparicieones por las redes de trata y las muertes por abortos clandestinos como otras expresiones de esa violencia y ese abuso.
Comentó que el plenario abierto convocado para este viernes a las 19 en la Facultad de Humanidades está impulsado por la Secretaría de la Mujer del Centro de Estudiantes. “Van a ir trabajadoras y estudiantes que venimos haciendo una campaña activa”, indicó, y aclaró que “no solo para las compañeras mujeres, sino que todos tenemos que tomar este tema en las manos”.
“Tenemos un lema: ‘si una mujer avanza, ningún hombre retrocede’, porque creemos que hay que estar a la par para combatir este problema”, explicó, y destacó que “hay responsables, hay que pensar cuál es la responsabilidad del Estado y qué políticas se llevan adelante”.
En este sentido, llamó la atención sobre el hecho de que “Jujuy es la segunda provincia con mayores índices de mortalidad materna, tiene importantes estadísticas de muertes por aborto clandestino y más del 50 por ciento de las mujeres en una situación de precarización laboral, y ahí está la responsabilidad del gobierno provincial y nacional”.
Consultada sobre el sentido de la consigna “Ni una menos”, explicó: “La finalidad es que las mujeres no pierdan la vida”, y adelantó que la intención, desde Pan y Rosas, es “tomar la campaña y a partir de eso volver a proponer la necesidad de organizar un gran movimiento de mujeres, ya que es la única manera de poner frenos”.
Aclaró que si bien la campaña está centrada en esta oportunidad en la cuestión de los femicidios, “le agregamos ni una menos por las redes de trata, ni muertas por abortos clandestinos, ni por tantas cosas que vivimos las mujeres”.
Puesta a analizar razones o explicaciones para el machismo violento, reflexionó: “Las muertes de mujeres son la expresión de una sociedad, de lo conservador, por eso tenemos que pensar el rol que debemos jugar las mujeres en la sociedad”.
“La legitimidad de la violencia se da en distintos ámbitos cotidianos, no solo en la familia sino también en las instituciones -continuó-; se naturaliza que haya tipos de abuso en el trabajo, de parte de los jerárquicos; en las escuelas no está garantizada la educación sexual, la iglesia niega el uso de los métodos anticonceptivos”.
“Nos dicen que hay que callarse y aguantar la violencia cotidiana”, concluyó Morales, y advirtió: “Toda esta violencia no está desvinculada de los femicidios, porque se cuestiona a la víctima, se cuestiona cómo se vestía, que hacía, pero no se cuestiona a la televisión que trata a las mujeres como objetos sexuales”.
