Por Ezequiel Orlando, en El Destape. El Gobierno busca medidas para morigerar la suba los alimentos, que en febrero fue del 7,5%. La disparada de los precios internacionales provocada por la guerra entre Rusia y Ucrania, que generó una ganancia extraordinaria de 25% en divisas para el sector, fue recibida en Argentina con un cierre provisorio de la exportación de la harina y el aceite de soja, como preludio a un alza de las retenciones para esos derivados. Ante esto, la ex Mesa de Enlace definió una postura conjunta de rechazo y de confrontación.
Tanto el ministro de Economía como la portavoz oficial dejaron en claro que Nación no evalúa por el momento el incremento de los derechos de exportación de los granos tradicionales, por lo que se especula se tratará de un alza de dos o tres puntos para con estos subproductos. No obstante, el Ejecutivo justifica su decisión en el escenario excepcional que implica la guerra entre Ucrania y Rusia.
Como territorio que provee el 29% del trigo mundial, de acuerdo a las estimaciones de JP Morgan, el conflicto disparó los precios internacionales. Esto al punto de que los productores rurales esperan cerrar con resultados muy superiores a los proyectados al momento de la siembra. Por lo tanto, si el Gobierno definiera subir las retenciones a los granos (que adelantó que no lo hará), esta ganancia extraordinaria es la que se podría reducir, aunque mantendría a los balances aún en positivo, según las estimaciones más recientes.
El último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario incorpora a sus proyecciones los precios de los commodities al 7 de marzo; es decir, al día 12 desde el comienzo de las acciones bélicas en Ucrania. Allí determina que el margen bruto para un campo con soja de primera en la zona núcleo será de US$ 812 la hectárea en marzo 2022, mientras que para uno de soja de segunda, de US$ 603.
En cuanto a los dueños de terrenos que cosechan trigo, la BCR pronosticó ganancias brutas de US$ 336; y trigo sumado a soja de segunda, de US$ 939. En tanto, para el maíz de primera espera un margen bruto de US$ 1.045 y para el tardío de US$ 719.
El estudio que actualiza la estructura de precios a la disparada internacional de la semana pasada calculó que los márgenes netos de la soja de primera para el dueño de un campo en marzo de este año serán de US$ 609 cada hectárea, lo que implica un aumento de la utilidad del 15% contra febrero de 2021, mes contra el que ofrece las comparaciones. En la soja de segunda esta alza alcanza el 24% hasta los US$ 434.
Para el caso del trigo proyecta un incremento del 25% del margen neto para campo propio contra el año pasado, al punto de sumar US$ 232. La combinación de trigo con soja de segunda recibirá una suba de sus utilidades del 24% a US$ 665.
El cultivo donde la variación del neto da negativo año a año, siempre según la Bolsa de Comercio de Rosario, es en el maíz. En el de primera los productores ganarán 7% menos que en 2021 (US$ 731) y en el tardío 9% por debajo (US$ 550).
Esto último se debe, en una parte sustancial, a la suba de algunos costos causados por la guerra. En dólares, el precio de la urea se incrementó 48% contra febrero de 2021. Por este aumento, la BCR calculó que hoy se necesita producir 36% más de maíz y 25% más de trigo que hace un año para cubrir el costo del fertilizante.
El debate de las retenciones
La Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias (CEEA) hizo público el lunes su «férreo rechazo» al cierre provisorio de las exportaciones de harina y aceite de soja. En un comunicado, la ex Mesa de Enlace adelantó que “si esta suspensión luego deriva en una suba de las retenciones para esos subproductos, nos encontramos nuevamente ante la voracidad fiscal en detrimento de la competitividad de una cadena productiva esencial, cuya performance exportadora genera un importante ingreso de divisas tan necesario para nuestro país”. Ante esto opinó que «no hay margen para que sigan expoliando a los productores».
Con ánimos de bajar decibeles, el ex titular de la Federación Agraria Argentina Euardo Buzzi les pidió a las cuatro grandes organizaciones agrarias «que no se presten al terrorismo mediático”. “Acá lo que está en disputa es la rentabilidad de multinacionales, que no se confundan, no se ve afectado el pobre chacarero”, sintetizó en diálogo con FM La Patriada. A la hora de proponer, Buzzi planteó que “propondría una agencia compensadora de precios que tenga las funciones que tenía la Junta Nacional de Granos”.
Ese mismo lunes, la Mesa Agroalimentaria Argentina recordó que la entonces Mesa de Enlace había defendido el incremento de las retenciones cuando lo realizó el gobierno de Mauricio Macri. Quienes se autodenominan como “el otro campo” y representan a los productores que alquilan las tierras apoyaron al Gobierno en aumentar los aranceles a la exportación y pidieron un esquema segmentado donde “quienes más tienen, más paguen”.
La inflación de los alimentos, por las nubes
Los precios de los alimentos subieron 7,5% en febrero, según el Indec. El segmento que también incluye bebidas no alcohólicas fue el que sufrió la mayor variación, muy por encima del 4,9% del mes anterior. De hecho, de toda la serie publicada desde enero de 2017, el guarismo resulta ser el más alto, corroboró CEPA.
Los aumentos en el rubro estuvieron particularmente influenciados por frutas y verduras, que incrementaron su precio 22,4% en promedio. Le siguieron las carnes, con alzas del 6,6%.
El nivel general del índice de precios al consumidor (IPC) fue del 4,7%. A nivel interanual marcó un alza del 52,3%. Con esto, en el primer bimestre, los precios de la economía crecieron 8,8% y preocupa lo que pueda pasar en marzo, ya que se trata de un mes estacionalmente elevado.
Las ganancias de las formadoras de precios
La escalada de precios internacionales actual y la local del año pasado se da en medio de ganancias extraordinarias que registran las grandes formadoras de precio. Arcor, la mayor alimenticia del país, registró una utilidad de $ 19.900 millones en 2021, con lo que superó en más del 142% a los $ 8.213 millones que registró de resultado positivo en 2020. Ambas cifras baten récords de la compañía.
La corporación le informó a la Bolsa que repartirá $ 7.000 millones de sus ganancias netas entre los accionistas. El año pasado, los productos servidos en las mesas familiares empujaron la inflación, con un alza interanual del 50,3%.
Un relevamiento del centro de estudios CEPA indica que el 74% de la facturación de los productos se corresponden con solo 20 empresas. Del total de cada ticket de los supermercados, el 2% va a parar a las arcas de Arcor, de acuerdo a esta estimación.