Pornografía infantil en internet: El ‘grooming’ como jugada previa

Por Romina Tarifa*, para El Submarino Jujuy. ¿Dejar a los chicos solos en una plaza por la noche es igual a dejarlos solos con internet en su habitación? ¿Están solos y protegidos, realmente?

El grooming es el delito del acoso sexual en internet que afecta la integridad sexual de los niños, niñas y adolescentes, quienes navegan en la web como huérfanos digitales expuestos a posibles peligros.

En el siglo XXI, las relaciones sexuales están atravesadas por las redes sociales; y los adolescentes, al igual que los adultos, viven sus relaciones a través de internet. El sexting, una práctica que cada día crece más, consiste en producir contenidos e imágenes sexuales a través de las redes sociales y compartirlos con amigos y parejas.

En el caso de los chicos el sexting es una práctica riesgosa, pues muchas veces no toman medidas de seguridad para cuidar su privacidad personal y su identidad digital. La identidad digital se conforma a partir de las huellas digitales que se encuentran en la red vinculados a los nombres. Internet no tiene derecho al olvido: se pierde el control de todo lo que se publica y comparte, y todo eso se expande a un público infinito.

La organización Pantallas Amigas define un tipo de grooming como “sin fase previa”, que es cuando el acosador logra acceder a imágenes sexuales que crearon los propios chicos y directamente se comunica con ellos a través de amenazas, exigiendo más imágenes. Así, los adolescentes que practican sexting se convierten en posibles víctimas de grooming.

El tipo de grooming más conocido es el denominado “con fase previa”, que ocurre cuando el acosador trabaja para construir una relación de confianza y empatía utilizando la estrategia del noviazgo y amistad; convenciendo la voluntad de los chicos para que les envíen imágenes sexuales.

Los acosadores se esconden detrás de una identidad digital falsa de otro niño, niña o adolescente, del mismo género o diferente, y con una edad similar a sus víctimas. En otros casos, utilizan su actual identidad digital y suelen ser adultos cercanos como un preceptor, vecino, entrenador o familiar.

Se engaña a los chicos para obtener imágenes sexuales, se los manipula, y una vez que ellos ceden les exigen más imágenes, amenazando con publicarlas en público, contarles a sus padres o bien exigir un encuentro presencial.

El grooming se presenta como una jugada previa para cometer otros delitos, como el abuso sexual con contacto físico, la  trata de personas y la pornografía infantil. Y es el reflejo de problemáticas sociales históricas, como los abusos sexuales en la infancia y adolescencia y la violencia de género.

Entre los acosadores que captan a sus víctimas en internet se pueden distinguir los pedófilos, pederastas y cazadores de pornografía infantil. Los cazadores integran redes internacionales de producción y distribución de pornografía infantil con fines económicos millonarios.

Pornografía infantil en Argentina

Argentina es uno de los 10 países a nivel mundial donde más se consume y distribuye pornografía infantil. Se procesan 50 mil denuncias por año, según datos del Centro de Información Judicial (CIJ) del Ministerio Fiscal de CABA.

Daniela Dupuy, fiscal penal especializada en Delitos Informáticos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, explicó que los delitos de grooming y pornografía infantil están vinculados entre sí, porque los acosos sexuales virtuales pueden provocar el delito de pornografía infantil cuando un adulto acosa a un menor por internet para pedirle imágenes sexuales con la intención de publicar ese material en la red, o bien solo para la tenencia de las mismas.

Los acosadores suelen crear varios perfiles falsos para captar a varias víctimas en simultáneo, a través del anonimato. Los consumidores de imágenes son coleccionistas que demandan más producción, cometiendo más abusos contra los chicos en un círculo que se retroalimenta.

El delito de la pornografía infantil se basa en imágenes de representación de chicos dedicados a actividades sexuales, y prevé condenas de 3 a 6 años a quienes produzcan, faciliten, comercialicen, distribuyan y recientemente también incluye la tenencia de esas imágenes expresado en el artículo 128 de la Ley 26.388/08 del Código Penal Argentino.

Pablo Lázaro, director de Investigaciones de Ciberdelitos de la Secretaría de Seguridad del Ministerio de Seguridad de la Nación, aclaró que los materiales que incluyen actividades sexuales involucrando a menores de edad son imágenes que significan situaciones de abusos sexuales contra niños, niñas y adolescentes, y no presupone un hecho consensuado entre adultos que puede ser actuado o con fines artísticos.

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación recibió denuncias sobre grupos de Whatsapp que de forma aleatoria incorporaba a menores por sus fotos de perfil sin previo aviso. Se compartían imágenes sexuales y se los invitaba a producir y compartir imágenes, una modalidad que nos alerta y demanda estar atentos para prevenir y proteger a los chicos.

La solución no es aislar a los chicos de internet. Lo que se tiene que cuestionar y cambiar es el uso que le damos a internet. Ellos necesitan de orientación para ser ciudadanos digitales y poder así navegar de forma consciente, activa y responsable. El ejemplo de los adultos es importante.

Las niñas y adolescentes son las principales víctimas de grooming y pornografía infantil, lo que es un reflejo de la violencia de género. Aunque no se debe descuidar a los varones, porque también ellos pueden ser víctimas, por ejemplo a través de juegos online que permiten comunicarse.

Los padres necesitan conocer cómo sus hijos conviven en internet y las redes sociales, los sitios que visitan. Y tener en cuenta que aquello que es indiferente para los adultos, puede ser significativo para los chicos.

Recomendaciones de prevención:

  • Dialogar sobre sus actividades en internet
  • Explicar los peligros
  • Recomendar no comunicar el número de celular a desconocidos
  • No aceptar invitación a desconocidos
  • Configurar la privacidad en las redes
  • Crear contraseñas seguras y no compartirlas
  • Advertir que nadie puede pedirles imágenes sexuales
  • Orientar al cuidado de sus datos personales y familiares.

* Licenciada en Psicopedagogía (RP 020106). Instituto de Protección y Ciudadanía Digital, Defensoría del Pueblo de Jujuy

 

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