Se conoció la transcripción de la declaración de Stornelli ante Ramos Padilla

Por Raúl Kollmann, en Página/12. Las 245 páginas de la declaración indagatoria de Carlos Stornelli exhiben contradicciones groseras y vacíos que no tienen explicación alguna. De un lado afirma que el falso abogado Marcelo D’Alessio le resultó «un personaje fabulador, obsecuente, hablador», que hablaba de sus operaciones en todo el mundo, de heridas de bala, de que le tuvieron que reconstituir la mandíbula, pero que ninguno de sus dichos era creíble. Pero las pruebas indican que intercambiaban innumerables mensajes de texto, se reunieron durante horas en Pinamar y Stornelli le encargó a D’Alessio delicadas operaciones de espionaje ilegal. Tratando de defenderse ante semejante contradicción, el fiscal afirmó que no le encargó nada, que los mensajes no los leía y que nada se puede constatar porque siempre borra todos los intercambios de whatsapp. Globalmente hablando, Stornelli alega que fue engañado: «no me imaginé, no me representé, que las intenciones eran espurias».

El fiscal preferido de Cambiemos justificó las dos declaraciones de D’Alessio en su fiscalía y otros dos encuentros porque el falso abogado venía recomendado por el periodista Daniel Santoro, que según manifestó tiene una larga trayectoria, «se va de vacaciones en carpa», «sufrió mucho» y «es más bueno que el Quaker». O sea que Stornelli le echa la culpa de todo a D’Alessio y que fue engañado porque al falso abogado se lo mandó, también engañado, Santoro. «Tiene la personalidad típica del estafador» argumenta Stornelli respecto de D’Alessio, a quien le reconoce que estuvo en una multitud de programas de televisión y firmó gran cantidad de notas en los principales diarios, todo gracias a su capacidad para engañar.

En esa visión conspirativa, Stornelli dio un paso pantanoso: afirmó que D’Alessio actuó en acuerdo con el gran denunciante de la causa, el empresario Pedro Etchebest, que por eso se grabaron y filmaron los diarios y que D’Alessio no se iba a dejar filmar en forma inocente. Esa hipótesis es algo imposible de probar teniendo en cuenta, sobre todo, que D’Alessio está preso por la denuncia de Etchebest y lleva ya diez meses en el penal de Ezeiza.

Una de las acusaciones contra el fiscal es que le pidió a D’Alessio que le haga una cámara oculta al abogado José Manuel Ubeira. Hay un chat donde Stornelli dice concretamente «haceme el favor». El fiscal afirma que en este caso también D’Alessio lo engañó: no es que le pidió una cámara oculta, sino que lo que quería es que un supuesto socio de D’Alessio, el abogado Rodrigo González, presentara una denuncia penal contra otro abogado –cuyo nombre no conoce– que pedía coimas en nombre de Stornelli. La debilidad de esta explicación es exactamente que en esa época había profusas reuniones entre González, Ubeira y otro personaje de esta historia, Leonardo Fariña, de fluidos contactos con Stornelli. Y congruente con ese momento es que querían hacerle una cámara oculta a Ubeira porque suponían que el abogado quería «dar vuelta» al arrepentido Fariña. En general, Stornelli se defiende diciendo que nunca contestó lo que decía D’Alessio, sólo le ponía «ok»; «sí»; «bueno», o palabras semejantes, pero sugiriendo que no prestaba atención, que eran intercambios sin relevancia.

Uno de los temas más urticantes es el espionaje ilegal al ex marido de la actual esposa de Stornelli, el piloto nacido en Perú, pero integrante de la marina norteamericana, Jorge Christian Castañón. El fiscal pidió que sus dichos no se transcriban sino que se mantengan en reserva, porque se trata de cuestiones personales, están de por medio las hijas y hay un tema de violencia de género. En verdad, ese fue el argumento usado por Stornelli y su esposa contra Castañón, pero éste resultó absuelto, por lo que hoy tiene un régimen de visitas normal y se va con las hijas de vacaciones. En este caso no hay dudas: Stornelli le encargó a D’Alessio que lo investigue a Castañón y en los chats hablan de hacerlo meter preso o incluso de plantarle droga en una valija. Es una imputación en la que Stornelli no parece tener salida alguna.

Otra acusación tuvo que ver con el ex gerente de la petrolera venezolana Pdvsa, Gonzalo Brusa Dovat, supuestamente «apretado» por D’Alessio y llevado a declarar ante Stornelli. El fiscal alega que lo recibió normalmente y que no registró coacción alguna. En la causa hay una foto tomada por D’Alessio en que se ve a Brusa Dovat declarando en la fiscalía de Stornelli, lo que significa que D’Alessio, sin ser abogado, estaba dentro de la fiscalía, en el momento de la declaración. O sea, D’Alessio lo llevó y controló lo que estaba declarando. Stornelli alegó en este caso que se trató de un descuido y que «D’Alessio se mandó». El fiscal niega haberle dado lugar especial para estacionar y que haya colaborado en la presión al testigo de Pdvesa y, por supuesto, se defendió otra vez diciendo que todo fue un engaño de D’Alessio.

Habrá que ver las respuestas del falso abogado quien declaró la semana pasada, después de haber pedido copia de lo dicho por Stornelli. El juez Alejo Ramos Padilla tiene que resolver la situación de ambos en los próximos días. Stornelli, si es procesado o no. D’Alessio, si es aceptado como arrepentido.

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