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La justicia penal de Jujuy imputó a un gendarme por los delitos de “homicidio calificado por el vínculo, por violencia de género y con el propósito de causar sufrimiento a la víctima» y «homicidio calificado por el vínculo“.
Sebastián Humberto Paveliche asesinó a puñaladas a su expareja, Judith Leticia Cari, de 26 años, y al hijo de ambos, Thiago Pabeliche, de tan solo dos años, a quien ahogó en una bañera para bebé.
El crimen sucedió el 11 de diciembre de 2011 en una casa ubicada en la calle Tierra del Fuego al 1800, del barrio Antártida Argentina de la ciudad de Palpalá.
La joven se había fugado de su hogar de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por la constante violencia que padecía por parte del gendarme, quien la acusaba de infidelidad y sostenía que la criatura era fruto de ese engaño.
El gendarme atacó a la mujer a puñaladas en el cuerpo y le dejó el cuchillo clavado en el vientre. Mientras ella agonizaba, tomó a su hijo Thiago y lo ahogó en una bañera de bebé en el baño de la casa.
La escena del doble crimen fue descubierta por la madre de la joven.
En su momento, la justicia penal cometió un error garrafal al perder gran parte de las pruebas en el lugar de los hechos, ya que el fiscal a cargo de la causa, Carlos Farfán, y otros investigadores, “ordenaron” limpiar la vivienda creyendo que la mujer había sido la asesina del niño antes de quitarse la vida.
Pero luego de practicar la correspondiente autopsia a ambos cadáveres, los médicos forenses del Poder Judicial determinaron que se trataba de un doble y cruento homicidio. La nueva investigación duró casi tres años, hasta que ahora se ordenó la imputación del gendarme.
