Vargas: «Si los trabajadores no tomamos postura, nos van a llevar adonde quieran»

Los trabajadores del Ingenio Ledesma están satisfechos con el acuerdo alcanzado con la empresa. En diálogo con El Submarino Radio (91.5 MHz.), el titular del sindicato, Rafael Vargas, detalló los puntos del acuerdo, que no incluye solo el aumento salarial sino también condiciones de trabajo. Sobre las amenazas de sanciones que lanzó el gobernador, aún no hay notificaciones oficiales. 

Si bien esperaban llegar a los números de otros ingenios, como San Isidro y Río Grande, con una tira final de 16.363 pesos y 11.665 de básico, las negociaciones permitireron acercarse bastante a esos números. 

En términos de porcentaje, el aumento logrado es del 38,6. Pero Vargas aclaró que porcentajes que pueden estar dentro de las pautas que se manejan a nivel nacional, trasladados a lo que significa en billetes, es otra cosa. Por ejemplo, porcentajes de 35 o 36 por ciento, que podrían parecer muy beneficiosos, hubieran mantenido el salario básico y la tira final muy por debajo de los valores de San Isidro.

“En definitiva, terminamos cerrando en un 38,6, que es un porcentaje importante, pero hemos quedado en 160 pesos por debajo de la tira final de San Isidro, y en lo básico 250 pesos por debajo; pero nos hemos acercado bastante”, explicó el sindicalista.

Este viernes la Comisión Directiva Soeail llevará los detalles del acuerdo a la asamblea de trabajadores. Allí les explicarán lo que adelantó Vargas: “Llevamos la responsabilidad de haber negociado un salario que salió gracias a la experiencia de los asesores, de la firmeza de las posiciones que hemos tenido y de las estrategias, sobre todo de parte del grupo de haber levantado un salario que nos dejaba mucho más alejados de los otros ingenios”.

Esos fueron algunos de los factores que contribuyeron para cerrar el conflicto, pero no los únicos. Vargas destaca además que la empresa tenía la necesidad de cerrar el acuerdo lo más pronto posible y, en especial, la presencia de la gente en la medida de fuerza.

El acuerdo no se refiere solo al salario. Vargas detalló: “También se firmó la baja de la antigüedad para  garantizar los diez meses, y hemos logrado que la eventualidad, que antes era de entre 35 y 40 compañeros que pasaban cada año a ser temporarios, ahora serán 120, con lo que se garantiza más tiempo de trabajo”.

-Hubo un compromiso de la empresa de no sancionar a los trabajadores que participaron de las medidas ¿Esto sigue en pie?

-Sí. Es más, hay un punto en donde avanzamos para intentar tener otro tipo de conversaciones: se mantiene el acta compromiso que firmó la empresa a la no represión de la gente que ha participado en las medidas de fuerza, y también a no pronunciarse como querellantes en las denuncias que puedan surgir como consecuencia de las medidas de fuerza.

-¿Y a qué se comprometieron ustedes?

-Nosotros por nuestra parte nos comprometernos a no escracharlos, porque aquí en Libertador, con nuestra radio y distintas acciones que venimos haciendo desde el gremio, siempre hemos trasmitido, a través de panfletos, todo lo que no podíamos expresar en el Ministerio de Trabajo. Y siempre hemos puesto el nombre y el apellido de las personas cuestionadas por los trabajadores. Ahora se ha generado un ámbito en el Ministerio donde se pueden resolver los 172 puntos sobre los que hablábamos en la negociación. Entonces hay un abanico de posibilidades que no queremos dejar de explotar, entendiendo que puede ser un ámbito para solucionar problemas de la gente. La idea es mantener otro tipo de diálogo con la empresa, nunca resignando los reclamos y derechos de la gente.      

-¿Cómo vislumbra lo que viene con respecto al cierre de las paritarias y la inflación?

-Igual a lo que pasa en el resto de los ingenios y en otras actividades: si los laburantes no tomamos postura, si no nos paramos, nos van a llevar adonde quieran. Y esto no pasa solo por la actividad azucarera sino que tiene que ser una conciencia de clase e intentar hacerlo todos juntos.

-Las empresas azucareras tuvieron ganancias interesantes en los últimos tiempos. ¿Se evaluó eso en las reuniones?

-Todo el tiempo. Es más, en los panfletos nosotros no ponemos nuestras opiniones, sino que volcamos toda la información que circula a nivel nacional con respecto a la presencia del azúcar a nivel internacional, por los problemas de Brasil. El bioetanol que hace Ledesma se ha incrementado un 35 por ciento. Es decir que tiene una situación inigualable. Además por la quita de retenciones, el precio del dólar y la amistad a flor de piel con el presidente. Está claro que la actividad está bien parada, pero también está en claro que la manifestación de la gente tiene que llegar a estos extremos para que el patrón se dé cuenta de que necesita trabajadores bien pagados, bien contenidos. En las reuniones hemos remarcado todo esto. Ha sido una mesa donde nos hemos sincerado, hasta con mucho temperamento, y en cada reunión hemos dejado planteada la bronca del trabajador.

-El gobernador dijo que le van a aplicar multas al sindicato por los cortes de ruta. ¿Fue una iniciativa de la empresa?    

-No puedo decir con certeza qué es lo que pasó, no sé si fue uno o el otro, o los dos. La manifestación del gobernador fue pública, y también hemos visto que hubo algunas denuncias de la empresa. Ahora vamos a ver, después de este acuerdo, hasta qué punto se retrotraen o no las denuncias.

-Hacía tiempo que no se producía un conflicto de tal envergadura en la empresa Ledesma.

-Se puede decir que los últimos revoltosos que pelearon duro fueron los papeleros, allá por los años 80. La actividad azucarera estuvo de alguna forma contenida por sindicatos que nunca levantaron la voz por la gente; en todo caso reprimían, no contenían. Nosotros hemos tenido la posibilidad en el 2011 de trabajar para que el sindicato vuelva a tener presencia como en las épocas de oro, que terminaron cuando llegó la presencia militar para acabar con semejante fuerza.

-¿Por qué cree que se produjo ese cambio?

-Creo que hemos generado un espacio de confianza con los trabajadores, con las asambleas, las reuniones permanentes, la transparencia que hemos tratado de buscar en cada una de las negociaciones, pelearla donde podíamos. Eso la gente lo ha visto. La confianza que hemos generado tiene que ver con los espacios que abrimos, con la información. No nos da vergüenza decir que tenemos el salario más bajo, que tenemos las peores condiciones de Salta y Jujuy, no porque queremos que sea así. Entonces la gente se va dando cuenta de que se puede llegar a más. Son varios factores que han hecho que el trabajador azucarero se anime como lo hizo en esta oportunidad.