El líder del Partido Popular (PP, derecha) español, Alberto Núñez Feijóo, no logró este viernes, como se preveía, los apoyos suficientes para ser investido presidente del Gobierno en la última votación en el Congreso, por lo que el socialista Pedro Sánchez iniciará ahora las negociaciones para mantenerse en el Ejecutivo, un camino que emprenderá condicionado por exigencias de los imprescindibles votos de los catalanes, que piden a cambio una amnistía y una convocatoria a un referendo independentista.
Sánchez tendrá a partir del lunes próximo, cuando se espera que el rey Felipe VI le encargue formar Gobierno, dos meses para alcanzar ese objetivo; si no lo logra, España irá a nuevas elecciones a mediados de enero próximo.
Como era de esperar, Feijóo no obtuvo este viernes los apoyos suficientes en una tumultuosa sesión en el Parlamento en la que volvió a marcar un perfil de líder opositor hacia un eventual Gobierno de Sánchez.
En paralelo, el Parlament catalán aprobó un proyecto que propone condicionar a Sánchez a que «se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones» para celebrar un referendo de independencia de Cataluña. La iniciativa cayó como un balde de agua fría en los partidos socialistas de la región y también de la nación, que prefieren mantener un bajo perfil en las negociaciones que Sánchez estaría dispuesto a mantener en su intento de llegar a forma Gobierno.
Aprovechando esas exigencias públicas, un enfático Feijóo se plantó frente a Sánchez para intentar arrancarle respuestas acerca de los reclamos catalanes. En el tramo más tenso de la sesión, el frustrado candidato se enfrentó a Sánchez para decirle: «Tenga el valor de decir lo que España va a tener que soportar si usted vuelve a ser presidente del Gobierno».
«Ya no hay posibilidad de triunfo para ningún candidato, aunque logre la Presidencia, porque no existe ningún éxito posible en el engaño», disparó Feijóo, tras recalcar que no se ha pedido «consentimiento» a los españoles para una amnistía o un referendo para Cataluña.
«¿Amnistía sí o no? Yo digo no ¿Referendo sí o no? Yo digo no. ¿Y usted, señor Sánchez?», insistió el derrotado candidato de la derecha, que en todo el proceso omitió decir si su rechazo a estas y otras aspiraciones regionalistas es impulsado por su agrupación, el PP, o porque cualquier negociación en ese sentido habría alejado los 33 votos que le aportaron los legisladores de la ultraderecha de Vox.
La alianza con Vox terminó siendo la admisión de la derrota para las aspiraciones del dirigente del PP, porque sus votos no alcanzaron para darle la mayoría parlamentaria, y se habrían evaporado en el aire si Feijóo iniciaba cualquier tipo de negociación con los diversos partidos regionalistas del país.
Pero además, porque los representantes de esas agrupaciones jamás habrían consentido aliarse con quien los pretende eliminar, tal el ideario de la ultraderecha.
La actitud desafiante de Feijóo fue rechazada por la bancada del oficialista Partido Socialista (PSOE) de Sánchez, en especial por el diputado Óscar Puente, portavoz de la agrupación. El legislador acusó al líder del PP de aprovechar el encargo que le hizo el rey en su calidad de candidato más votado en las elecciones del 23 de julio para «coronarse» como líder de la oposición, utilizando la máxima institución del Estado de manera «profundamente desleal» para su «simulacro» de investidura, recogió la agencia de noticias Europa Press.
Feijóo obtuvo 172 votos a favor sobre 350 -los del PP, Vox y dos pequeños partidos-, mientras que su candidatura fue rechazada por otros 177 diputados del Partido Socialista, la extrema izquierda y formaciones regionalistas, reprodujo la agencia de noticias AFP.
El debate de investidura en el Congreso comenzó el martes y la primera votación al día siguiente culminó con 172 votos a favor y 178 en contra. Para imponerse en esa primera instancia necesitaba una mayoría de 176, mientras que para la de este viernes alcanzaba con más votos positivos que negativos.
La de Feijóo fue la cuarta investidura fallida de la actual democracia. Sánchez lo vivió en dos oportunidades, en 2016 y 2019, y Mariano Rajoy perdió la votación también en 2016.
Conocido el resultado final, «el rey Felipe VI iniciará este lunes la segunda ronda de contactos con los grupos parlamentarios de cara a la formación de Gobierno», informó el palacio real. El reporte oficial no identifica a Sánchez como depositario de ese encargo, pero se descuenta que así será, dado que el PSOE fue el segundo más votado en los comicios de julio.
A partir del llamado del monarca, Sánchez tendrá un plazo de dos meses para enhebrar las alianzas que le permitirían alcanzar los 176 votos en el Parlamento que lo habilitarían a formar Gobierno. Para ello deberá negociar con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya (JxC), que reclaman una amnistía para unos 1400 condenados por sedición por su participación en el proceso secesionista de 2017, que terminó con la salida del país de algunos de sus principales impulsores, como Carles Puigdemont, quien se refugió en Bélgica.