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La ex ministra de Defensa y de Seguridad Nilda Garré explicó que en el ARA San Juan, fabricado en 1985, se invirtieron 20 millones de dólares en su reparación, antes de entregarlo a la Armada en 2014. Dijo que después de esa fecha debió ser controlado y mantenido, y advirtió: «No sabemos si eso se hizo en los últimos dos años».
Garré precisó que durante la anterior gestión se invirtieron casi 20 millones de dólares en la reparación de media vida del submarino para dejarlo a nuevo, y que dicha reparación se realizó en los astilleros Alte. Storni, de la Marina, y Tandanor, del Ministerio de Defensa, con el asesoramiento de la empresa alemana que lo hizo en 1985. También se convocó a los submarinistas e ingenieros que habían ido a Alemania.
Detalló que Siemens proveyó el motor eléctrico y Varta el replacado de las 960 baterías; que se cambiaron los generadores, el motor principal, las baterías y las tuberías. «Quedó a nuevo», afirmó.
Relató que en 2013 se hicieron numerosas pruebas y al año siguiente el entonces ministro de Defensa Agustín Rossi lo entregó a la Armada. «En síntesis, se hizo todo lo necesario para ponerlo a nuevo», resumió.
Aclaró luego que, tras las reparaciones, el submarino debió ser controlado y mantenido, y agregó: «No sabemos si eso se hizo en los últimos dos años.»
Estimó que el ARA San Juan «no debería haber salido si tenía alguna avería detectada», porque «si hay avería, aunque no parezca grave, debe arreglarse antes de navegar nuevamente para no arriesgar a la tripulación». «Habrá que confirmar esto», señaló.
Como ejemplo, recordó que durante su gestión en la cartera de Defensa le tocó impedir la salida del submarino Santa Cruz a Chile porque tenía una avería que la Armada estimaba que no debía impedir el viaje. «Nosotros priorizamos la absoluta seguridad de la tripulación y no salió», aseveró.
