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Familias comiendo de la basura mientras los Blaquier amasan fortunas

Por Miguel López (concejal del FIT-PTS, Libertador)

A la vera del río San Lorenzo se encuentra uno de los más importantes basurales a cielo abierto que hay en la provincia de Jujuy, en la playa de este río dejan la basura los camiones recolectores de las Municipalidades de Libertador Gral. San Martin y Calilegua.

Decenas son las familias, mujeres, hombres y niños que esperan la llegada de camiones compactadores o volquetes con basura para buscar en ella alimentos, carnes, verduras, comida elaborada, mercadería, etc., para poder comer, y materiales como metales, cables, papel y cartón, vidrios, botellas de plástico, etc. para vender.

En el lugar, las familias que seleccionan la basura ya sea para comer como para vender tienen sus toldos o carpas donde pasan gran parte del día, para una vez que cae la noche volver a los barrios más periféricos de Libertador, como 9 de febrero y San Lorenzo.

Los animales, insectos y roedores, que se encuentran en el basural son posibles vectores de enfermedades infectocontagiosas como el hanta virus, la leishmaniosis, el dengue, etc., y a estas enfermedades como a otras se exponen a diario las familias que buscan comida en el basural a cielo abierto de Libertador.

De hecho, estas enfermedades infectocontagiosas son endémicas en la zona del departamento Ledesma y Santa Barbara, y cada 10 años según lo que informan los médicos infectólogos hay grandes brotes que llevan a que se multipliquen los casos de hanta virus, leishmaniosis o dengue. El año pasado por ejemplo Fraile Pintado tuvo 156 casos de dengue y Libertador 154 casos, y en la provincia hubo más de 508 casos, y en lo que va de este año 2020 los casos de dengue hacienden por ahora a 32 en todo Jujuy, 25 en Yuto, 1 en Reyes, 1 en Libertador, 2 en San Salvador de Jujuy, 2 en Monterrico y 1 en Lozano.

El trabajador de prensa de AM LW8 y Canal 7, Christian Rodríguez, viene cubriendo hace tiempo esta problemática social y ambiental, y hace unos días volvió al basural, en esta ocasión tomo el testimonio de Trinidad del Barrio 9 de febrero que planteo “mi marido tiene cáncer en el ojo, mis hijos no vienen aquí porque yo no quiero, yo sola con mi diabetes vengo todos los días a buscar pan para mi familia. No tengo un plan ni nadie que me ayude, yo solo pido que nos dejen trabar” y a Anastasia Ruiz también del Barrio 9 de febrero quien sostuvo en relación al gobierno municipal que “siempre dicen que nos van a ayudar y no pasa nada, ya no les creo a ninguno”.

Al día siguiente el cronista visito la casa de Trinidad donde encontró a su marido, Rene Guerra, con más de la cuarta parte de la cara carcomida por esa enfermedad, este le dijo al periodista “los doctores me dicen cómo puedo estar vivo”, agrego “cuando salgo al sol la cara se me quiere explotar”, por eso exclama “quiero que me operen, me sacan gusanos grandes de la carnaza”. Este finalizo planteando “nadie de la municipalidad se acercó a ayudarnos, lo único que tenemos es el programa comer en casa” siendo que “los calmantes cuestan 1.000 pesos la tableta” y “me da pena por mi señora que va al basural para tener algo de plata”. Todo esto dijo Guerra sobre la enfermedad que padece y que muy probablemente la contrajo en el basural al que también iba a buscar comida para su familia, compuesta por él, su compañera Trinidad, y sus tres hijos.

La realidad de condiciones infrahumanas que viven las familias desocupadas y en condiciones de indigencia que van al basural a recolectar alimentos y materiales, y las enfermedades en general y a las enfermedades  infecto contagiosas en particular a las que se exponen a diario, muestran que la ley provincial GIRSU, tan promocionada por el gobernador Gerardo Morales, no cumple con objetivos ambientales que figuran en el articulado de dicha ley, como “reducir la generación de residuos en su origen como un medio para prevenir la proliferación de vectores relacionados con las enfermedades infecciosas y la contaminación ambiental”, “promover condiciones de higiene y seguridad laboral en las etapas comprendidas en la gestión integral de residuos sólidos urbanos y erradicar el trabajo infantil en cualquiera de ellas” y “ procurar la eliminación de los actuales basurales a cielo abierto o vertederos”.

El basural a cielo abierto en Libertador está presente desde hace décadas, no existió ni existen rellenos sanitarios en la localidad azucarera, bajo administraciones peronistas como la del ex intendente Jorge Ale además de depositarse a cielo abierto se quemaba la basura generando que la población inhale el humo tóxicos con sustancias químicas dañinas que la quema generaba y desde que se inició la intendencia de Oscar Jayat de la UCR hasta la fecha una maquina retro excavadora junta en un extremo la basura y luego la entierra, lo genera la contaminación de capas de tierra y napas de agua. Así que el GIRSU en estas tierras es puro verso y lo único que real que tiene es la ambición y sed de ganancias de las empresas de limpieza y recolección privada al querer avanzar sobre gran parte del sistema público de recolección de los municipios de las yungas, quebrada y puna, ya que por ahora solo tienen parte de la recolección de la ciudad de San Salvador de Jujuy.

Entre los testimonios de la gente que encontró en el basural el periodista también dejan al descubierto que aun teniendo el programa “comer en casa” de $550 para comprar productos alimenticios, a las familias de desocupados estructurales e indigentes que viven las barriadas populares de Libertador no les alcanzan para poder alimentar a su núcleo familiar, por lo que siguen yendo al basural a escarbar de la basura alimentos o de materiales para vender para tener algunos pesos para comer. Porque obviamente con los $ 550 en mercadería no alcanzan a cubrir el costo de la canasta básica alimentaria hoy en $ 16.154,54, monto que tiene en cuenta los costos solo de alimentos de una familia tipo y no caer en la indigencia, y $ 40.547 la canasta básica total, monto que necesita una familia para cubrir la alimentación, los impuestos, el transporte, educación y salud y no caer en la pobreza.

Es probable que las más de 10.500 tarjetas alimentarias que empezó a entregar en la provincia de Jujuy el gobierno nacional y que contaran con un monto de entre $4.000 a $6.000 para que las familias que accedan a la misma puedan comprar mercadería, no lleguen a estas familias que pasan gran parte del día en el basural del Libertador o que si llegan a acceder muy pocos de ellos a la tarjeta alimentaria, el monto asignado tampoco permitiría que salgan de la indigencia y pobreza a la que los arrojo el sistema capitalista.

Esta desidia gubernamental se da en un marco de desigualdad brutal, ya que mientras decenas de familias indigentes comen de la basura y que por esto se enferman o están proclives a enfermarse por el contacto con agentes patógenos por doquier que anidan en ese enorme basural a cielo abierto, también Libertador es la localidad donde está emplazado el complejo agro industrial de Ledesma SAAI con ganancias e inversiones millonarias, teniendo en cuenta que declaro ganancias por $277.000.000 en la zafra 2018, al tiempo que el mismo año invirtió US$ 8.000.000 en la ampliación de la planta de jugo y una máquina para la extracción de aceites esenciales, en el 2019 invirtió US$ 12.500.000 de dólares en equipamiento del campo e infraestructura de la fábrica azucarera, y en el 2020 tiene previsto invertir US$ 4.000.000 de dólares en la tecnificación de la fábrica de papel para producir un papel 100% natural para la exportación a Estados Unidos y Europa.

Si la empresa de la familia Blaquier tributara en la Municipalidad de Libertador en la que tienen emplazado su complejo agro industrial, habría fondos para volcarlo en la mejora de las condiciones de vida de las mayorías obreras y populares, y si esta misma empresa, que detenta 170.000 hectáreas, tierra que en parte explota en el cultivo de caña y citrus, y otra parte la mantiene ociosa, fuera expropiada en parte con el objetivo de ampliar la superficie urbanística de Libertador para de este modo dar solución al problema de la falta de vivienda, del hacinamiento, de la carencia de espacios verdes, de espacios para obras públicas como escuelas, puestos de salud, etc. y obras de infraestructura, como así también serviría para empezar a dar solución a la falta de trabajo genuino, cuestión acuciante en la juventud.

Si estas medidas democráticas y estructurales como afectar parte de las ganancias de la empresa Ledesma por medio de un impuesto municipal progresivo, para que paguen más los que más ganancias acumulan y menos los que menos tienen, y medidas como expropiar parte de la gran concentración terrateniente de esta patronal, ocurrirían, casos como estos de familias en situación de desocupación estructural comiendo de la basura o revolviendo los morros de basuras para encontrar materiales para venderlos para así obtener unos pesos para alimentarse con su familia, tendrían cada vez menos lugar en la realidad y tenderían a desaparecer como expresiones de barbarie.

Desde el bloque de concejales y diputados provinciales del PTS-Frente de Izquierda nos solidarizamos con las decenas de familias de desocupados que van al basural de Libertador en búsqueda de comida o materiales para vender, al no contar con trabajo genuino que permita sostener económicamente a sus familias.

Exigimos que el gobierno municipal de Jayat conjuntamente con el gobierno de Morales den concreción a obras de relleno sanitario para terminar con el basural a cielo abierto en Libertador, para así mitigar la extrema contaminación e insalubridad de la zona del basural en particular y de la localidad en general, la que a su vez padece la contaminación de la empresa Ledesma, al tener esta un depósito de bagazo, residuo de la molienda de la caña de azúcar y materia prima para la pasta celulosa de la papelera, al aire libre, lo que lleva a que las partículas de bagazo este en el aire, los habitantes de la localidad las inhalen constantemente y  esto lleve a que año a año aumente el número de pacientes con enfermedades respiratorias.

Todo esto sin contar que Ledesma SAAI también contamina al fumigar con agroquímicos tóxicos sus miles de hectáreas de plantación de caña de azúcar, naranja y limón, y verter residuos industriales en ríos como el San Francisco y Ledesma, y canales que son sus afluentes sean estos naturales o construidos por la empresa, generando cada temporada un tendal de especies de peces de rio muertos.

A su vez, exigimos que el gobierno municipal y provincial se encargue de conseguir trabajo genuino para sostenes de hogar de estas familias desocupadas que hoy van a diario al basural de Libertador poniendo en riesgo su vida y la de sus hijos, ya que en muchos casos los acompañan a este enorme foco infeccioso.

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