“A todos los echaron del pueblo y de Ledesma por pedir mejores condiciones de vida”

Por Álvaro Agostini. Este jueves pasado se llevó a cabo la audiencia N°66 del 6° juicio de lesa humanidad en Jujuy. La misma consistió en una inspección ocular en la calle 9 de julio N°448, donde yace el ex domicilio de Raúl Osvaldo Tapia, ubicado en el pueblo viejo de Ledesma (1), ex preso político que ofició como testigo víctima de su propia detención producida en abril del año 1976, cuando gobernaba al país la última dictadura militar.

La jornada judicial fue dirigida por el Presidente del Tribunal Oral Federal de Jujuy, juez Federico Díaz, quien fue asistido por el secretario Marcelo Merlo. En representación del Ministerio Público Fiscal estuvo Marina Cura acompañada por la oficiala interina Belén Chalup.

Además, estuvieron presentes los organismos de derechos humanos querellantes, como H.I.J.O.S. (Hijas e Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio), y personal del programa Verdad y Justicia y de acompañamiento a lxs testigxs víctimas.

También estuvieron los abogados defensores de los imputados, que fue la parte oferente de esta prueba y llegaron junto al represor José Américo Lescano, alias “el loco”, ex jefe de la seccional 24 de la policía de la provincia y of. jefe de inteligencia de la zona durante los años de plomo, señalado por el testigo Raúl Tapia como uno de los responsables del terror que le tocó vivir.

El testimonio

Dentro del marco ya expuesto, se encuentra también, a escasas 3 cuadras del casco de estancia, la ex casa de Raúl Osvaldo Tapia, ubicada en una ochava a menos de 100 metros de distancia del Hospital Oscar Orías, lugar donde se llevó adelante la medida judicial.

Una vez tomados todos los recaudos judiciales de rigor, el juez Federico Díaz dio por comenzada la audiencia y cedió la palabra a la parte oferente para que comiencen las preguntas. Cabe aclarar que todo el proceso se llevó adelante en las afueras de la vivienda que ahora está habitada por otra familia.

Uno de los abogados defensores, comenzó consultando al testigo por sus recuerdos del lugar, el mismo expresó que el domicilio se encuentra muy modificado, al igual que todo el barrio donde, en aquel entonces, ni siquiera estaban pavimentadas las calles.

Sin embargo, gracias al aporte de la actual residente del lugar, pudimos constatar que varias de las descripciones vertidas por Raúl coinciden con el estado actual de la zona.

Seguidamente Tapia refirió los hechos de su detención, “en esta vereda me colocan la capucha, me esposan, me cargan al camión del ejército y me llevan hasta la comisaría de Libertador (seccional 11) (2) a las 3 de la mañana”, luego agregó: “Mi madre se fue a Jujuy a preguntar por mi paradero y el jefe de policía le dijo que yo estaba vivo pero detenido”.

Posteriormente el testigo contó que la detención se produjo a partir de su actividad gremial y recordó que se realizó un paro en la empresa que buscaba mejoras básicas para los trabajadores, como ser la colocación de bebederos e insumos de seguridad indispensables para cultivar de agua en los cañaverales, debido a que en aquella época los trabajadores del surco solo podían beber agua de la acequia y no contaban con ningún equipamiento de protección.

Como represalia a este justo reclamo “todos los delegados que apoyaron el paro de los 15 días fueron encarcelados”, comentó Raúl, además tanto él como toda su familia, e incluso quienes, alertados por el operativo, salieron de sus casas y presenciaron casualmente su detención, fueron echados del pueblo bajo amenaza, relató un poco conmocionado.

Luego de que él mencionara como vecina de la casa a la familia Polanco, tomó la palabra, la fiscal para ahondar en los dichos, le preguntó por las personas que vivían en el barrio en el tiempo de su secuestro. Raúl dijo que uno de ellos está desaparecido, haciendo referencia a Roberto Polanco, quien fue secuestrado en Tucumán en julio de 1976 y hasta el día de hoy permanece como víctima de desaparición forzada. En el mismo sentido, mencionó a los hermanos Alfaro (sobrevivientes), secuestrados en el marco del operativo que se llevó a cabo en la zona en julio de 1976, conocido como la “Noche del Apagón”.

Pero también mencionó, que en otra casa propiedad de la empresa, en la esquina del lugar, vivía el ex of. de inteligencia de la policía de la provincia, Juan de la Cruz Kairuz, quien siempre paseaba por el barrio con ropa deportiva y que está imputado en este juicio por el primer secuestro del médico Luis Aredez. Además de su rol en la fuerza, ejercía como ayudante de campo don Ángel Tulio Zof (3) en el equipo de fútbol Atlético Ledesma.

Sobre las funciones de Kairuz, Raúl dijo que; “sabía que era policía y se desempeñaba en la capital, donde andaba siempre junto a Ricardo “bombacha” Salinas”.  Salinas, fallecido, también fue nombrado por los testigos-victimas como miembro activo del aparato represivo de la época, y ex jugador y director técnico del lobo jujeño.

Para finalizar, Raúl, relató con una gran angustia la tristeza de su desarraigo: “Es la segunda vez que vuelvo a ver el lugar donde nací. Es durísimo, yo tuve una infancia acá. A todos los echaron, tíos, primos, a mi cuñado, los echaron del pueblo y de la empresa (Ledesma) por pedir mejores condiciones de vida… Si yo no soy delincuente, no maté a nadie, no violé”.

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