Alberto F. repudió el silencio del gobierno de Macri ante la salvaje represión en Bolivia

El presidente electo Alberto Fernández condenó la decisión del gobierno de facto de Bolivia de liberar a las Fuerzas Armadas de toda responsabilidad penal para que actúe en la represión al pueblo que resiste el golpe de Estado. A través de sus redes sociales, repudió el silencio del Gobierno argentino y el aval de la OEA al proceso dictatorial, a la vez que reclamó intervención de la ONU y de Michele Bachelet, comisionada de derechos humanos en este organismo internacional.

Fernández no se ahorró precisiones a la hora de expresarse. Denominó «gobierno de facto» a la administración golpista; denunció que «crece el número de muertos» y utilizó el hashtag #BoliviaGolpeDeEstado, para que no queden dudas de su posición.

‘Penosa’

En declaraciones a El Destape Radio, Fernández dijo este viernes que la gestión de Luis Almagro al frente de la OEA «será recordada como la más penosa», por la actuación de organismo frente al golpe de Estado y la represión desatada en Bolivia.

Señaló que Almagro «va a tener que explicar lo qué pasó en Bolivia», donde una misión de ese organismo emitió un informe preliminar recomendando celebrar nuevas elecciones, sin presentar pruebas de algún fraude, y que fue después destrozado por un informe del Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR) titulado «¿Qué sucedió en el recuento de votos de las elecciones de Bolivia de 2019? El papel de la Misión de Observación Electoral de la OEA».

El CEPR, un prestigioso centro de investigación con base en Washington, fundado por los economistas Dean Baker y Mark Weisbrot, cuya Junta Consultiva incluye a dos premios Nobel de Economía como Robert Solow y Joseph Stiglitz, mostró que la mayor parte de los señalamientos de la OEA se hicieron sobre el escrutinio provisorio y no sobre el oficial, que se inició poco después y no se interrumpió en ningún momento.

En Bolivia, el único cómputo vinculante es el oficial, confeccionado por los Tribunales Electorales en base a las actas verdaderas. Eso explica por qué, en la noche de las elecciones, grupos coordinados de opositores atacaron, y en varios casos incendiaron, algunos de los locales donde se llevaba a cabo el recuento oficial, obligando a trasladar el lugar de trabajo de las autoridades electorales. Esas “mudanzas” serían utilizadas después por la OEA para cuestionar el funcionamiento del escrutinio.

El estudio de CEPR muestra también que, contrariamente a lo sugerido por la oposición, los dos escrutinios confluyeron en un resultado muy similar. “Al final, el conteo oficial, que es legalmente vinculante y completamente transparente, coincidió estrechamente con los resultados del conteo rápido”, afirmó Guillaume Long, uno de los investigadores.

La acción de la OEA avivó la violencia ejercida por la oposición política en esa nación y, más tarde, las Fuerzas Armadas, así como la Policía, pidieron al mandatario boliviano presentar su renuncia.

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