Tras casi cuatro meses de permanencia en la Plaza Lavalle, los integrantes del Tercer Malón de la Paz volvieron a Jujuy y dieron por terminada lo que consideran la primera etapa en la lucha iniciada en junio pasado contra la reforma de la Constitución provincial. Ahora se inicia una nueva etapa con el mismo objetivo principal: la nulidad de la Carta Magna jujeña. Mientras tanto, continuarán buscando formas de lucha para defender sus derechos.
Los referentes de las comunidades se van a reunir en Asamblea el sábado en Abra Pampa. «Ahora se pasa a otra instancia. La lucha continúa, con matices. Pero el objetivo es el mismo, la nulidad de esta Constitución», afirmó Raúl Choquevilca, referente de la comunidad Ocumazo de Humahuaca, en diálogo con El Submarino Radio (FM Conectar 91.5).
Entre otras cuestiones, los comuneros y comuneras van a debatir si continúan usando el nombre de Tercer Malón de la Paz. No es un tema menor, por la fuerza simbólica que tiene la referencia a esas otras luchas colectivas del pasado. «Mi opinión es que deberíamos seguir actuando como Tercer Malón hasta que se logre el objetivo, porque no vamos a estar generando todo el tiempo nuevos malones», dijo Choquevilca.
Para Armando Quispe, de la comunidad de Queta, en cambio, el regreso a la provincia y la asamblea del próximo sábado implican «el cierre de la etapa del Tercer Malón» y que van a dejar de utilizar ese nombre, aunque coincide en que las comunidades «van a seguir reuniéndose, trabajando y unidas en la lucha».
En cualquier caso, se mantiene el objetivo principal, que es la nulidad de la Constitución provincial reformada que se aprobó en junio. Hay presentaciones judiciales en ese sentido, y más allá del tiempo que pueda transcurrir hasta que haya definiciones, se mantienen las esperanzas. «Los planteos son contundentes. Los letrados analizan que esta reforma no se puede sostener, que es inviable», comentó Choquevilca.
«Los tres puntos fundamentales que se pedían eran que la Corte se expida sobre la reforma, que se dicte la intervención de la provincia de Jujuy y que se haga una ley de propiedad comunitaria», repasó Quispe, y completó: «Los tres objetivos han quedado ahí. Y las cosas cambiaron. Por ejemplo, hoy por hoy el tema de la intervención ya no va más».
Para el comunero, «habrá que seguir la lucha para adelante, pero con otras formas, haciendo uso de lo bueno que salió y corrigiendo errores propios y bajar algunos objetivos que hoy ya no tienen sentido».
El balance
Finalizada esta etapa de la lucha de las comunidades, ¿qué queda en el Debe y qué queda en el Haber?
Para Choquevilca, en el Debe quedan la represión la persecución y el hostigamiento que padecieron las comunidades por al menos los últimos seis meses. Aunque destaca: «Morales se tuvo que ir por la puerta trasera, no como él lo había diseñado. No debe estar muy contento».
«En el haber, tenemos la satisfacción de haber concientizado a gran parte de la población del país de que esta es una lucha justa, haber difundido la defensa del territorio y los recursos naturales», señaló convencido Choquevilca, y agregó: «La sociedad jujeña quizás no tenía plena conciencia de que se estaban violando los derechos básicos».
Por su parte, Quispe rescata el camino de organización que atravesaron las comunidades en todos estos meses. «Se ha llegado a esta etapa con un proceso de unificación a nivel departamental y a nivel regional», describió.
A su entender, además, si bien hay una cierta frustración por haber regresado de Buenos Aires «con las manos vacías», fue positivo «poner sobre la mesa a nivel nacional la cuestión de los pueblos indígenas».
El gobierno porteño desalojó al Tercer Malón de la Paz de Plaza Lavalle