El presidente brasileño, Jair Bolsonaro cumple este 1° de enero de 2021 dos años de mandato, concluyendo así la primera mitad de su Gobierno. La gestión del jefe de Estado suramericano, entre otros aspectos, se ha caracterizado por la desatención de políticas públicas, especialmente en el ámbito de la salud y el tratamiento a la crisis sanitaria de la covid-19.
Al respecto, el diputado federal del Partido de los Trabajadores por el estado de Sao Paulo, Alexandre Padilha declaraba ante medios locales este viernes que “Bolsonaro se equivocó en todo en la lucha contra la pandemia” del coronavirus.
El país suramericano fue el primero de América Latina en reportar un caso de Covid-19, el cual se identificó el 25 de febrero de 2019. Tras expandirse el virus por los cinco continentes, el 11 de marzo pasado, la Organización Mundial de la Salud decretó que la humanidad se encontraba en una pandemia.
Sin embargo, el 20 de marzo de ese año, el presidente brasileño declaraba que el coronavirus era solo una “gripecita”, mientras orientaba no detener la economía brasileña. Seguido a ello, el dos de abril el Gobierno nacional aprobaba un presupuesto de emergencia menor que el solicitado por el Congreso Nacional.
Poco más de seis meses después del citado pronunciamiento de Bolsonaro, el Ministerio de Salud de Brasil anunció el 31 de diciembre pasado un total de 7 millones 67973 de casos positivos a la Covid-19. Al mismo tiempo, el día 28 de ese mes la entidad informó que el coronavirus había causado en el país latinoamericano 191.570 defunciones.
Los recortes al fondo de emergencia destinado al apoyo de quienes han sido afectados económicamente por la Covid-19 continuaron disminuyendo. De tal forma, el 18 de noviembre de 2020 Bolsonaro eliminó del programa Bolsa Familia a 400.000 beneficiados.
Al mismo tiempo, el mandatario brasileño anunció el pasado septiembre que la ayuda financiera a los trabajadores con mayor vulnerabilidad financiera, se reducía de 600 reales brasileños (115 dólares al cambio actual) a 300 (57,5 dólares al cambio actual).
“Mientras presiona por el pueblo, este gobierno se está relajando para los bancos, que desde el inicio de la pandemia ya recibieron una fuerte ayuda en recursos. ¿Es este el gobierno que prometió cuidar de la gente? ”, denunció a su vez el 1 de septiembre de 2019 la presidenta del Partido de los Trabajadores y diputada federal, Gleisi Hoffmann.
Otra de las características del Gobierno Bolsonaro ha sido su enfrentamiento y tácticas de criminalización de los movimientos sociales, lanzándose con fuerza contra el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), el Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) y el Movimiento de los Afectados por las Represas (MAB, por sus siglas en portugués).
Desde inicios de su mandato, Bolsonaro prometió declarar al MST como terrorista. De ese modo, las operaciones de desalojo realizadas por la Policía Militar contra los campamentos del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra fue una política constante durante los dos años de mandato de Bolsonaro.
Al mismo tiempo, el mencionado gobernante suramericano es señalado tanto a nivel nacional como internacional de descuidar por completo los incendios en el Amazonas. Como muestra de ello, en octubre de 2019 los bomberos destinados a enfrentar el siniestro protestaron porque debían pagar sus propios viáticos.
Debido a su pésima gestión acerca del enfrentamiento a la Covid-19 y los incendios en el Amazonas, el presidente brasileño fue denunciado ante la Corte Pena Internacional por “crímenes contra la humanidad” e “incitación al genocidio de pueblos indígenas” de Brasil.