El ministro de Relaciones Institucionales de Brasil, Alexandre Padilha, sostuvo hoy que el expresidente Jair Bolsonaro «es responsable moral, espiritual y organizativo» de los ataques golpistas a las sedes de los tres poderes del 8 de enero y que debería ser investigado por la comisión parlamentaria mixta (CPMI).
«Apuntaremos hacia todos los responsables de actos terroristas. Durante sus cuatro años sembró el odio en este país, sembró el odio contra el Tribunal Supremo, contra la Judicatura, contra el sistema electoral brasileño. Se pasó el tiempo estimulando actitudes golpistas», fustigó el funcionario.
Padilha agregó que la comisión también investigará a las personas y organismos que financiaron aquellos hechos.
«Quien pagó esos ataques a la democracia debe ser castigado», enfatizó, según el diario local O Globo.
Asimismo, refirió que los trabajos de esta comisión tendrán un carácter más «político con el fin de complementar y ayudar a otras investigaciones ya abiertas por otras instancias, como las de la Policía Federal, o el Supremo».
«La CPMI tiene el primer objetivo de ser un espacio de confrontación política en donde rebatir esa tentativa de construir una narrativa conspiratoria absurda (en la que) las víctimas, el Ejecutivo, el Legislativo, o el Tribunal Supremo, la democracia, son los responsables de los actos terroristas», concluyó.
Por su lado, el general Marco Gonçalves Dias, que esta semana renunció a su cargo como secretario de Seguridad Institucional (GSI), declaró hoy en la sede de la Policía Federal de Brasilia durante cinco horas acerca de su actuación durante los ataques del 8 de enero, después de que unas imágenes evidenciaran cierta pasividad y connivencia con los asaltantes.
Gonçalves Dias acudió a prestar declaración después de que el juez del Tribunal Supremo que se encarga de la investigación de los hechos, Alexandre de Moraes, lo ordenara alertado por las imágenes, en las que se puede ver al militar incluso ofreciendo botellas de agua a los asaltantes.
En su comparecencia, a Gonçalves Dias se le preguntó por qué no reaccionó como se esperaba para detener a los asaltantes, además de tener que identificar al resto de funcionarios públicos que aparecen en las imágenes sin actuar.
El material, difundido esta semana por CNN Brasil, aceleró su renuncia, al igual que la de su número dos, Ricardo José Nigri, aceptadas de inmediato por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En una entrevista, Gonçalves Dias declaró que estaba redirigiendo a los atacantes hasta un punto donde iban a ser detenidos.
El Supremo Tribunal Federal formó ayer mayoría para procesar e iniciar juicio formal contra los primeros 100 de los 1.390 denunciados por la fiscalía general por participar del asalto y destrucción del Palacio del Planalto, la sede del Gobierno, el Congreso y la sede del Supremo Tribunal Federal a una semana de la asunción de Lula para pedir al Ejército dar un golpe y desconocer la elección de octubre.
A su vez, el Gobierno brasileño anunció que respaldará a una comisión en el Congreso para investigar el intento desestabilizador.
Además, se puso como fecha el próximo miércoles para que Bolsonaro declare ante la Policía sobre sus vínculos con los grupos insurgentes.