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De no ser por el arquero Cavalotti, los palos y la mala puntería de los delanteros del Torito de Mataderos, pudo haber sido una goleada. Pero alcanzó con el único gol que convirtió Nueva Chicago ayer en Córdoba para que se acabara el sueño del ascenso de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, que además se quedó sin técnico por la renuncia de Mario Sciacqua.
Gimnasia y Esgrima de Jujuy perdió 1 a 0 ante Nueva Chicago por el último partido del tirangular de desempate, quedándose con las ganas de llegar a la primera categoría, lo que sí celebró el Torito.
Llegó a tocar el ascenso con la punta de los dedos, pero se quedó sin fuerzas, incluso antes del inicio del triangular, porque termina con siete partidos consecutivos sin ganar.
«Mi ciclo en Gimnasia llegó a su fin con la frustración del ascenso», dijo Mario Sciacqua, sellando así su salida como entrenador del Lobo, al finalizar el partido. Se viene un negro fin de año para el equipo y para el club, y dos meses para analizar, replantear la cosa e iniciar la nueva temporada del Nacional B.
En Córdoba, ante Nueva Chicago, el Lobo comenzó el partido con otra actitud; con el mismo mal juego de siempre, hay que decirlo, pero con más garra y fuerza para pelear cada pelota, aunque duró poco porque en la primera desgracia, y como sucede últimamente, no pudo reponerse.
Fue a los siete minutos, cuando una buena jugada de Chicago, el centro atrás de Christian Gómez para buscar a Mendoza, se desvió en Sebastián Sánchez y la pelota se le metió por encima del arquero Maximiliano Cavallotti y el 1 a 0. Fortuna total, para el Torito de Mataderos.
Había tiempo para darlo vuelta. Pero ese gol fue como un golpe de nocaut para el Lobo, que siguió yendo al frente y nada más. Nunca pudo patear al arco en el primer tiempo. Avanzó en el campo de juego, porque muchos jugadores, la camiseta le pesaba cien kilos y la pelota le quemaba los pies, ejemplo palpable, Ferreyra, que lo único que hacía era patear para adelante.
Nunca se entendió por qué este oscuro defensor titular y Diego López, en el banco de suplente, inentendible lo dispuesto por un técnico que ya pisó el césped de la cancha y ya se sabía perdido por los once titulares.
Terminado el primer tiempo, Chicago se fue masticando bronca en el primer tiempo por las ocasiones de gol desperdiciadas, por Mendoza, el propio Gómez, Gagliardi y otra vez Mendoza, que sólo frente a Cavalotti, la pelota la colgó del cielo. Y Gimnasia estuvo a punto de irse al vestuario con una goleada en contra.
En la segunda etapa, Sciacqua hizo ingresar al lesionado Sebastián Ereros, que apenas podía trotar, pero así todo, fue lo más claro de Gimnasia. Fue el propio Ereros, quien pasada una hora de juego pateó por primera vez al arco defendido por Sánchez.
Transcurrían los minutos inexorablemente, y cada segundo, el sueño del ascenso se rompía cada vez más. No se sabe como sigue esto, con una hinchada enojada por el pésimo juego que hizo el Lobo, la liviandad que pusieron los jugadores para jugar una verdadera final y una comisión directiva, que nunca pudo hacer algo bueno, encima de la deuda con los jugadores, que aún se mantiene, vendió la sede, para equipar las cuentas y el socio nada sabe.
Síntesis del partido
Gol en el primer tiempo: a los 7 minutos, Gómez (NC).
Cambios en el segundo tiempo: desde la reanudación, Sebastián Ereros (5) por Salce (GyE); a los 9 minutos Federico Haberkorn (4) por Peralta (GyE); a los 11 minutos Fernando De La Fuente por Gómez (NCH); a los 20 minutos Diego López por Ferreyra (GyE); a los 22 minutos Sebastián Matos por Mendoza (NCH); y a los 32 minutos Pablo Ruiz por Barbona (NCH).
