Cuatro miembros del grupo de extrema derecha “Proud Boys” fueron declarados culpables este jueves de conspirar para cometer sedición por el asalto al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021, día que se iba a realizar la sesión del Congreso que reconocería al demócrata Joseph Biden como el próximo presidente del país.
Los cuatro implicados son: Enrique Tarrio, líder del grupo y de origen cubano; Ethan Nordean; Joseph Biggs y Zachary Rehl. Solo por esa acusación, cada uno podría afrontar una pena de hasta 20 años de prisión. El cargo en cuestión implica planificar el uso de la fuerza para oponerse al gobierno. Es difícil de probar y se usa muy pocas veces.
También fueron declarados culpables de conspirar para obstruir la certificación de los resultados de las elecciones de noviembre de 2020, en las que el entonces presidente Donald Trump perdió.
Hay un imputado más, Dominic Pezzola, que todavía espera el veredicto del jurado sobre el cargo de sedición, porque no pertenece a la cúpula de “Proud Boys” ni estaba activo en sus chats cuando se produjo el ataque en enero de 2021. Asimismo, tanto él como Tarrio, Nordean, Biggs y Rehl fueron hallados culpables del cargo de conspiración por interferir en las funciones de los miembros del Congreso ese día y destrucción de bienes públicos.
En diálogo con la prensa, el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, aseguró que el asalto al Capitolio es «una de las investigaciones más grandes, complejas y con más recursos destinados de la historia». Y afirmó: «El veredicto de hoy demuestra que el Departamento de Justicia hará todo lo que esté en su poder para defender al pueblo y a la democracia estadounidense».
El proceso judicial
El juicio comenzó diciembre del año pasado y los veredictos llegaron después de siete días de deliberaciones en un tribunal federal de Washington. A lo largo del proceso, los fiscales mostraron mensajes y videos publicados por los propios acusados y otros miembros del grupo, que llamaban a la “violencia” y a la “revolución” contra el cambio en la Presidencia del país y el fusilamiento de traidores.
Por su parte, los abogados defensores de los activistas de ultraderecha negaron que hubiera un complot para atacar el Capitolio o frenar el trabajo parlamentario, e incluso un abogado de Tarrio trató de desviar la responsabilidad hacia Donald Trump, con el argumento de que el expresidente promovió el ataque cuando instó a la multitud cerca de la Casa Blanca a «luchar como el infierno”.
Además de este caso, hubo otros juicios por los mismos hechos, concluidos en noviembre y enero, en el que seis miembros de otra milicia de extrema derecha, los «Oath Keepers», fueron condenados por sedición, incluido su líder Stewart Rhodes.
El asalto
El candidato del Partido Demócrata, Joe Biden, superó al Presidente republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre de 2020. «Me siento honrado de ser elegido para liderar este gran país», expresó el demócrata tras su victoria, mientras que Trump anunció que no iba a reconocer el resultado y lo disputaría en la Justicia.
Ante esta situación los grupos de ultraderecha comenzaron a organizarse de cara a la irrupción en el Capitolio e impedir la asunción de Biden el 6 de enero de 2021. Enrique Tarrio, expresidente nacional de los Proud Boys, no estuvo en Washington. Según medios locales, dos días antes de los hechos fue arrestado por quemar una bandera del movimiento Black Lives Matter que había arrancado de una histórica iglesia de la comunidad afroamericana durante una movilización previa. Por este incidente se le prohibió el acceso a la capital.
Aunque no estuviese, Tarrio era sospechoso de liderar el ataque. Según la inculpación, habló con Stewart Rhodes, de los «Oath Keepers», el 5 de enero en un estacionamiento subterráneo en Washington y se mantuvo en contacto con los miembros de su grupo que entraron en el Capitolio.
Tras el asalto, se registraron cinco muertes vinculados directa o indirectamente con el ataque y 140 policías heridos. Desde entonces, más de 950 partidarios de Trump fueron arrestados y acusados de sembrar el caos en el Congreso.
Cargos contra Trump
Una investigación no vinculante de un comité parlamentario recomendó que se presenten cargos penales contra Donald Trump por llamar a la insurrección y por conspiración contra el Estado. El expresidente republicano lo considera una maniobra para entorpecer su candidatura a la presidencia en las elecciones de 2024.
Un fiscal especial, Jack Smith, está investigando asimismo el papel de Trump en los intentos de revocar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020. Cuando termine las pesquisas, podría decidir inculparlo o no.