El gobierno uruguayo acogerá por pedido de Estados Unidos a cinco presos de la cárcel estadounidense de Guantánamo en calidad de «refugiados» a partir del año que viene, si prosperan las negociaciones entre ambos gobiernos.
El presidente uruguayo José Mujica confirmó hoy las gestiones con EE.UU., aunque aclaró que aún no hay ningún acuerdo cerrado para que su país reciba «como refugiados» a cinco prisioneros de Guantánamo como parte del plan de la administración norteamericana para cerrar la prisión que ocupa en suelo cubano.
«Estamos lejos de que esto se concrete, pero en todo caso serán hombres libres en nuestra realidad y ese asunto de no salir del país por dos años no sería otra cosa que un gesto voluntario de ellos para lograr salir de esa vergüenza y nunca una imposición nuestra», aseguró Mujica hoy en su audición radial de M24.
«Jamás aceptaríamos ser carceleros de nadie, tampoco avalamos la juridicidad de la cárcel de Guantánamo, pero no nos podemos desentender ante la formidable tragedia de la gente», justificó el mandatario la decisión de permitir que los reclusos que lleguen a su país queden en libertad en suelo uruguayo.
Fuentes del Ejecutivo uruguayo aseguraron a Télam que Uruguay ya envió emisarios a Guantánamo para estudiar los antecedentes de los posibles refugiados, que también tendrán «protección especial» de parte del ministerio del Interior.
En ese sentido, Mujica dijo que podrán traer a sus familias, pero trascendió que no podrán dejar el país y tendrán limitaciones para ejercer actividades políticas.
Además, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, ratificó que los prisioneros «vendrán a Uruguay en carácter de personas libres y, en lugar de volver a su país, lo que sería una complicación, podrán solicitar refugio en Uruguay y acá se les dará».
Mujica recibió una llamada el lunes del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, que le agradeció la aceptación para recibir los presos de Guantánamo tras el pedido de Barack Obama, y le comunicó que el presidente estadounidense lo recibirá en la Casa Blanca antes de que termine junio, informó ayer el semanario Búsqueda.
«Es un pedido por una cuestión de derechos humanos. Hay 120 tipos que están presos hace 13 años. No vieron un juez, no vieron un fiscal, y el presidente de Estados Unidos quiere sacarse ese problema de encima», explicó ayer Mujica.