Macri pone un cepo a los bancos ante la insostenible fuga de capitales

Ante la insostenible fuga de capitales, el Banco Central emitió una comunicación disponiendo que los bancos deberán pedir autorización para girar utilidades: «las entidades financieras deberán contar con la autorización previa del Banco Central para la distribución de sus resultados».

La medida se toma luego de la pérdida de U$S 13.800 millones de dólares de las reservas del Banco Central solo en lo que va del mes y de U$S 1943 millones este viernes. En las últimas horas, la entidad tuvo que deshacerse de U$S 400 millones para intentar frenar la cotización del dólar, que siguió subiendo y terminó en $62, a pesar de las tasas récord de Leliqs del 85%.

Ya sectores de Juntos por el Cambio, como el radical Julio Cobos, había salido a pedir abiertamente un cepo, al decir que si las medidas de Lacunza «no funcionan, no va a haber otra alternativa».

Empresarios otrora cercanos al gobierno, también están siendo inusualmente críticos, como el dueño de Swiss Medical y Grupo América, Claudio Belocopitt, que dijo: «El reperfilamiento es una palabra nueva que inventaron para no decir que se la chorearon. Lo hicieron porque no quisieron asumir que tenían que poner el cepo. Lo hicieron por caprichosos. Lo hicieron para ver si pasaba desapercibido y evitaban poner el cepo». Y en todo casi de desesperación agregó: «A la situación tremenda y dramática, no le sumemos cosas nuevas que los especialistas, la gente y el mundo ya nos miran atónitos. Ya baten todos los records de la locura extrema. Dejémonos de joder. Eso no es cuidar a los argentinos. Y si el presidente cree que esto es cuidar a los argentinos que alguien le diga: ´no, Mauricio, esto no es así´. Ya se sabía que a partir del lunes la situación se iba a poner compleja en los mercados, todas las medidas que se tomaron fueron horribles. A un piloto de avión se le ve su condición cuando viene la tormenta, no cuando está volando en tiempos tropicales. Dejémonos de romper las bolas con la elección porque estamos viviendo situaciones difíciles».

Se sumaron a las críticas economistas liberales, como Miguel Kiguel, desde su consultora Econviews: «Las alternativas eran introducir controles de cambio y de capitales, o reprogramar la deuda a corto plazo (y eventualmente la deuda a largo plazo también). La segunda opción implica una mayor incertidumbre, implica un proceso a largo plazo muy complejo y afecta los derechos de propiedad. Esa fue la forma en que el Gobierno decidió tomar».

Los bancos ahora tendrán que solicitar autorización para girar utilidades. Para otorgar dicha autorización, «la Superintendencia de Entidad Financieras y Cambiarias tendrá en cuenta, entre otros elementos, los potenciales efectos de la aplicación de las normas internacionales de contabilidad según Comunicación A 6430 y de la reexpresión de estados financieros prevista por la Comunicación A 6651».

El Gobierno que asumió haciendo de la crítica del control de cambios una de sus principales banderas, termina su mandato con un cepo a los bancos. Si ya los bancos no pueden movilizar sus utilidades por la sangría de dólares, ¿cuánto tardará para que esas restricciones se trasladen a los ahorristas?

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