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Miles de personas participaron de una marcha hacia Hotel Sheraton de Buenos Aires, en apoyo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que sesiona allí hasta este viernes. Encabezó la movilización el reclamo de libertad a Milagro Sala y los presos políticos de la Tupac Amaru en Jujuy y Mendoza.
La movida fue una muestra de gratitud por la visita a la Argentina de los delegados internacionales, que recibieron denuncias de violencia institucional, entre otras violaciones a los derechos humanos.
La Secretaría Ejecutiva de la CIDH, encabezada por Paulo Abrao, recibió a una delegación del Comité por la Libertad de Milagro Sala, con quienes mantuvo una reunión de más de una hora. Estela Díaz, Mara Brawer, Alejandro “Coco” Garfagnini, María Elena Naddeo, Hugo Yasky, Daniel Catalano e Aníbal Ibarra integraron el grupo.
La CIDH es uno de los tantos organismos que en diciembre del año pasado exigieron al gobierno nacional que cumpla con el mandato del Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de la ONU de liberar “inmediatamente” a Milagro Sala por haber concluido que su detención es arbitraria.
A la salida del encuentro, María Isabel Rivero, secretaria de Prensa y Comunicación de la CIDH, indicó que recibieron “mucha información sobre la situación concreta de Milagro Sala, que es el tema por el cual estaba convocada la movilización, y muchos elementos de contexto de la situación».
Rivero agradeció la información entregada, la que consideró «muy importante para la CIDH porque está permanentemente atenta a la situación de derechos humanos, tanto de la Argentina como de los otros países”.
Denuncias de peso
Para Estela Díaz, una de las coordinadoras del Comité por la Libertad de Milagro Sala, fue una reunión muy positiva: «De la devolución que hizo el secretario ejecutivo de la CIDH, me quedó que ellos han recibido todos estos días cantidad de organizaciones de derechos humanos, jurídicas, de distintos tipos, y que hay una clara coherencia en todos los relatos y en todas las denuncias que están recibiendo y que muestran que aquí hay consistencia, hay veracidad, hay peso en las denuncias y en la gravedad de las denuncias que se están haciendo y que están atentos al caso Milagro Sala. Esto es altamente positivo”, señaló.
Garfagnini recordó que la última vez que estuvo la CIDH en el país fue en 1979, en plena dictadura, ocasión en la que viajó por situaciones de presos políticos y violaciones a los derechos humanos. «Lamento que después de 12 años de conquistas de derechos humanos y de 34 años de consolidación democrática estemos las principales centrales sindicales y movimientos sociales reclamando el respeto a las garantías constitucionales”.
