El papa Francisco respaldó a los organismos de derechos humanos en medio de la crisis que ha provocado la visita de diputados oficialistas a los represores de la última dictadura militar condenados por delitos de lesa humanidad con el fin de promover su liberación.
«No aflojen, conserven la memoria de lo que han recibido, no solo de las ideas sino de los testimonios. Ese es el mensaje que les doy en este día», afirmó el Papa durante una reunión que sostuvo con Anita Fernández, hija y nieta de dos de las miles de víctimas del terrorismo de Estado.
La posición de Francisco quedó plasmada en un comunicado que el Instituto Espacio para la Memoria difundió después del encuentro que se llevó a cabo en la residencia de Santa Marta, en Roma.
El Papa Francisco recibió a Anita Fernández, hija de Ana María Careaga, desaparecida y víctima de Alfredo Astiz, y dejó un fuerte mensaje tras la visita de libertarios a genocidas: “No aflojen, conserven la memoria” pic.twitter.com/XsNTfe1Sdr
— Agencia El Vigía (@AgenciaElVigia) August 8, 2024
El mensaje se suma a la controversia que provocó la noticia de que seis diputados de la bancada La Libertad Avanza, el partido fundado por Milei, habían visitado y apoyado a represores condenados por delitos de lesa humanidad, entre ellos Alfredo Astiz, uno de los personajes más emblemáticos y temibles de la dictadura.
«El Papa (…) le manifestó (a Fernández) que se había enterado de que unos diputados habían visitado a Astiz, que estaban queriendo que no estuvieran presos y que eso era algo muy peligroso», aseguró el comunicado.
Por eso, agregó, su santidad decidió enviar un mensaje para conservar la memoria que fue dirigido a la mamá de Fernández, Ana María Careaga, a quien secuestraron y torturaron cuando estaba embarazada de su hija.
Gracias a que Careaga sobrevivió, se convirtió en una de las testigos fundamentales de los juicios por lesa humanidad que han permitido la condena de cientos de represores.
Fernández también es nieta de Esther Ballestrino de Careaga, una mujer que fue víctima de los llamados ‘vuelos de la muerte’ que consistían en arrojar a las personas vivas al mar. El responsable de esos operativos era Astiz.
Francisco conoció a la víctima en los años 70, cuando fue su jefa en un laboratorio de análisis clínicos, por lo que, de acuerdo con el comunicado, «recordó con admiración a su amiga y compañera» y dijo que de ella había aprendido su amplitud política.
La intervención del papa profundizó todavía más un caso que se ha convertido en una grave crisis para Milei, un presidente que suele negar los crímenes de la dictadura y que ha desmantelado las políticas de derechos humanos que este país construyó durante varias décadas.
Esta semana se difundió la foto del encuentro entre diputados y represores, además de un video del cura Javier Olivera Ravasi, quien promovió la reunión y reconoció que están buscando la liberación de los condenados.
«Está prácticamente terminado el proyecto que venimos conversando hace algunos meses, por favor léanlo, si dios quiere en un par de semanas nos juntamos para terminar de cocinarlo», dice en el mensaje en el que se refiere al proyecto para que todos los represores salgan de prisión con el pretexto de su edad, problemas de salud o por supuestas irregularidades en su detención.