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Gabriel Armando Garay fue absuelto por la justicia de Jujuy, por la falta de acusación fiscal, en el juicio por los delitos de homicidio calificado por el vínculo y lesiones graves agravadas por relación con la víctima. Había golpeado a su ex mujer, embarazada de más de 25 semanas de gestación, quien dio a luz a una niña prematura que murió horas después. Los informes forenses desligaron la muerte de la beba del episodio de violencia.
El fallo fue dictado por el Tribunal en lo Criminal Nº 1, integrado por los vocales Mario Humberto González y Raúl Enrique Burgos y el presidente de trámite, Jorge Manuel Álvarez Prado, quienes ordenaron la inmediata libertad de Garay porque el Ministerio Público Fiscal no lo acusó.
Según la requisitoria fiscal, la tarde del 3 de febrero del 2014, Garay se presentó en el domicilio de su ex pareja, Iris Luciana Noel Tejerina, en el barrio San Pedrito de San Salvador de Jujuy, con quien tiene una hija de 3 años de edad. La mujer estaba embarazada de su segundo hijo, con más de 25 semanas de gestación.
El sujeto, que fue a visitar a su hija, comenzó a gritar para que saliera Tejerina. Al salir ella, comenzó una fuerte discusión en medio de la cual Garay la empujó. La mujer cayó sentada en la vereda. Él la tomó de los cabellos, la levantó y volvió a arrojarla con violencia al suelo, mientras la insultaba. Luego, simplemente, se fue.
Al otro día, la mujer tuvo que ser internada en el Hospital Pablo Soria, donde se le practicó una cesárea de urgencia, dando a luz a una niña que falleció una hora después.
En la última audiencia de debate, al concluir su alegato, el fiscal Marcelo Cuellar no formuló acusación, por lo que el Tribunal se pronunció por la absolución del acusado, sobre la base de informes forenses y médicos.
La beba había nacido extremadamente prematura, y su muerte fue causada por una infección de las membranas placentarias y del líquido amniótico llamado Corioamnionitis, según informe del médico forense Guillermo Roble Ávalos.
Esta infección puso en alto riesgo el embarazo de Tejerina, que por ese entonces pesaba alrededor de 44 kilos y estaba notoriamente mal alimentada, y por consecuencia también lo estaba la beba que estaba gestando.
Los informes demostraron en el proceso judicial que la madre «no se habría tratado a tiempo de una infección descubierta desde el mes de diciembre de 2013 en un control ginecológico».
