Ramos Padilla en Jujuy: «Si Alfonsín viviera, ya habría intervenido la provincia»

El juez nacional Juan María Ramos Padilla afirmó que Jujuy «debe ser intervenida, porque no hay justicia», y tildó de «cobarde» al gobernador Gerardo Morales, por usar el Código Contravencional para perseguir la protesta social. Sobre la situación de Milagro Sala, remarcó que «si hubiera matado a alguien, ya estaría en libertad».

Ramos Padilla estuvo este viernes en Jujuy junto al dirigente social Luis D’Elía. Antes de visitar a Milagro Sala en su lugar de detención domiciliaria, brindó una charla en la glorieta de la plaza Belgrano. Allí recordó que Sala está presa hace seis años «por protestar». «Si hubiera matado a alguien ya estaría en libertad», sentenció, y remarcó que el delito de administración fraudulenta del que se la acusa «tiene una pena máxima de seis años» de prisión.

«A Milagro la metieron presa ya no sin una prueba, sin siquiera una causa abierta. ‘Después vemos’, dijeron, y le fueron haciendo causas», agregó, y consideró que no sólo «es un disparate» lo que ocurre con la dirigente social, sino que «es un delito el que está cometiendo el gobernador y los miembros de la Corte».

«Acá los jueces reconocieron que Milagro está presa por decisión del gobernador. Si esto lo hubiera visto Alfonsín, la patada que le hubiera pegado», dijo.

Ramos Padilla desafió a Morales desde la glorieta de la plaza Belgrano, dirigiendo su mirada y extendiendo el brazo hacia la Casa de Gobierno. Trató al gobernador de «trasnochado» y le recordó que «Alfonsín no inventó una Corte», en referencia al Superior Tribunal de Justicia de Jujuy, que a fines de 2015 tuvo una ampliación y una nueva conformación a la medida del gobernador.

Recordó que Alfonsín, al conformar en 1983 la Corte Suprema de la Nación, le ofreció la presidencia del cuerpo al justicialista Ítalo Argentino Luder, quien había sido su contrincante en las elecciones de octubre. «Si Alfonsín viviera, a este ya lo hubiera sacado de una patada en el tujes y ya habría intervenido la provincia. Porque esta provincia tiene que ser intervenida, porque no hay justicia», reclamó.

Durante su alocución, el juez se refirió varias veces a la aplicación del Código Contravencional, que es utilizado por el gobierno provincial para perseguir y disciplinar la protesta social. «Seguramente debe haber por aquí algún fotógrafo viendo si hay algún empleado provincial o municipal, para después complicarles la vida», afirmó.

Dijo luego que en Jujuy «hay un medio administrativo que se dedica a las contravenciones, que no está claro cómo es, quién lo nombró ni qué hace con la guita de las multas que cobra», y concluyó que «eso no es un juez, es un recaudador».

‘Alí Babá’

Ramos Padilla fue quien encabezó la multitudinaria movilización del 1° de febrero pasado, que en la Ciudad de Buenos Aires reclamó la renuncia de los miembros de la Corte Suprema de Justicia. «Pedimos que se vayan los cortesanos porque encarar una reforma judicial requiere que se vayan ellos; porque si no, van a declarar inconstitucional cualquier medida», advirtió.

Relacionó luego al actual Poder Judicial con los contextos políticos. «El Poder Judicial es la columna vertebral del neoliberalismo que practica este hombre, ese neoliberalismo que tanto odiaba Alfonsín, con el que tanto peleó Néstor», describió.

Sin embargo, destacó que también «hubo lindos momentos en la justicia», y mencionó «cuando Perón creó la justicia laboral para defender al trabajador y el juicio a las juntas, a pesar de que después vinieron la obediencia debida y el punto final».

«Otro momento glorioso fue cuando alguien hizo bajar los cuadros», recordó, en referencia a la orden que impartió el entonces presidente Néstor Kirchner el 24 de marzo de 2004 para que se sacaran del Colegio Militar de la Nación los retratos de los dictadores Jorge Videla y Reynaldo Bignone.

«Luego (Kirchner) dijo algo que tendríamos que repetir hoy en esta plaza, aunque en aquel momento era para los militares, porque estaba en el Colegio Militar y estaba lleno de milicos: No les tengo miedo, no les tenemos miedo», completó.

Vinculó más adelante la cuestionada Corte Suprema de Justicia de la Nación con la situación del Poder Judicial de la provincia: «Si hubiera una Corte de justicia, no de atorrantes, los temas importantes de la Corte de Jujuy, también corrupta, tendrían que ser revisados».

Justicia para el débil

«La ley es para igualar», afirmó Ramos Padilla. Y continuó: «La ley no es para el poderoso, porque el poderoso hace lo que quiere. El que necesita la ley y la justicia, es el débil, el ciudadano común».

A modo de ejemplo, mencionó al que «tuvo un accidente y quedó en silla de ruedas y tiene que conseguirse un abogado del barrio que recién empieza, mientras las compañías con los grandes estudios le demoran los juicios por años y años». Y continuó: «Esta persona está esperando el dinero para comprarse su silla de ruedas y pasan años, y cuando ya no da más le hacen una oferta y evitan el juicio. Porque los jueces resuelven cuando quieren».

«Eso se tiene que terminar -concluyó-. El hombre necesita la silla de ruedas mañana y necesita un juez que le resuelva el problema».

En este punto, afirmó que «un juez tiene que ayudar al pueblo», e hizo referencia a fallos suyos: «Uno ayuda también metiendo presos a (los represores) (Miguel) Etchecolatz, a (Santiago) Riveros, pero también sacándolo a él (por Morales) para que se deje de joder y nos deje ser felices».

«Cuando nos persigue un tipo como este, tiene que haber un juez que nos ampare. Pero si te empieza a perseguir Morales y vas a ver al juez, el juez te dice ‘pase’ y te abre la puerta del calabozo, en vez de ampararte y cuidarte», completó.

Sobre el final de su discurso, Ramos Padilla convocó: «Esto tenemos que cambiarlo nosotros en la calle».

«Que sigan sacando contravenciones -desafió-. Ya lo vamos a sacar y va a tener que dar explicaciones cuando recuperemos la democracia para Jujuy y para toda la nación argentina, con un Poder Judicial que sirva y nos trate igual al rico que al pobre».

‘Nunca Más’

Luis D’Elía, por su parte, dijo estar «muy orgulloso de estar en esta Jujuy luchadora, que no se doblega, en esta tierra tan rica en historia», y recordó haber estado «muchas veces en esta plaza, por otras razones, empujando el carro de la historia».

El dirigente social se remontó a 40 años atrás, cuando las dictaduras de la región implementaron el Plan Cóndor y «desaparecieron a 600 mil latinoamericanos, endeudaron hasta el paroxismo e impusieron un modelo neoliberal conservador».

«Qué parecido a lo que vivimos hoy. Pero ya no usan a los militares, ahora usan a los jueces», concluyó.

D’Elía recordó que estuvo preso por razones políticas durante 1000 días, «por orden de la embajada de Estados Unidos, según el cable de Wikileaks 1222».

«Venimos a decir libertad de Milagro Sala y a todos los compañeros presos», afirmó, y reclamó: «Basta de venganzas, basta de persecución.

Remarcó que en la Argentina hay actualmente «53 presos políticos» y que «del otro lado de la cordillera hay 3000 presos políticos en Chile».

«Quiero recordarle a Gerardo Morales que si su amigo Raúl Alfonsín viviera, hoy estaría lleno de vergüenza por su conducta; una conducta brutal, antidemocrática, prepotente, autoritaria», calificó.

Tras vincular «la íntima relación que hay entre deuda externa y lawfare», remarcó que «este nuevo intento neocolonial necesita una justicia adicta que además de ocuparse de los opositores políticos se ocupe de legalizar y legitimar todas las tropelías que hacen estos tipos».

Puntualizó que la deuda de 44.400 millones de dólares contraída por el gobierno de Mauricio Macri «compromete el futuro» y sin embargo «no hay ni un solo imputado o preso».

«Nadie imputa a Macri, a Dujovne, a Caputo. Todos los amigos de Morales han fugado del país todo ese dinero y no han hecho una escuela, un hospital, una ruta, un jardín de infantes, una vivienda para trabajadores», completó.

Agradeció luego a Ramos Padilla, a quien describió como «uno de los mejores jueces que tiene la Argentina, porque «no se detiene en ningún privilegio». En este sentido, dijo que «probablemente lo persigan, le inicien causas; hoy probablemente le hagan una contravención, pero él está acá, jugándose una carrera de 40 años de juez diciendo esto es una mierda y hay que cambiarlo».

«Tenemos un sueño con Juan, que es construir una marcha federal que en algún momento de este año florezca y seamos un millón diciendo que estamos hartos de esto -contó D’Elía-. Como les dijimos Nunca Más a los militares, hoy queremos decir Nunca Más a este Poder Judicial corrupto y mafioso al servicio de los intereses de la oligarquía y el imperio. Y acá la oligarquía y el imperio tienen un solo nombre: Gerardo Morales».

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